Para mí, el mejor invento de la historia no es ni la rueda, ni la bombilla ni el teléfono, sino el post it. Vale, estoy exagerando un poco, pero te aseguro que, a día de hoy, difícilmente podría vivir sin ellos. Los uso para todo, desde para hacer la lista de la compra, como a todas horas en el trabajo.
Todo empezó en mi proyecto final de carrera. En mi caso, teníamos que trabajar en grupo sobre un nuevo diseño de mobiliario que fuese totalmente innovador. Tenía que trabajar con 3 compañeros y te puedes imaginar la barbaridad de cosas que teníamos que entregar. Empezamos haciendo listas, pero no era suficiente, especialmente a la hora de repartir el trabajo porque cada uno hacía su propia lista y no nos aclarábamos. Así que, como siempre he sido bastante organizada, hice una lista grande de todo lo que había que hacer y, cada mañana, les escribía a cada uno lo que tenían que acabar sí o sí ese día, según lo acordado desde el principio y todos lo teníamos claro. Normalmente, al presentar el proyecto final, está casi mandado pasar unas cuantas noches antes de la entrega sin dormir, intentando acabarlo. Nosotros podemos asegurar que las dormimos todas, hasta nos dio tiempo a hacer un mueble a mayores de lo que nos pedían y este vídeo. Lógicamente no puedo decir que el mérito de esta hazaña sea de los post its, ni mucho menos, yo tuve el privilegio de trabajar con unos cracks, pero sí que ayudaron bastante. Entregamos todo a tiempo, nos pusieron un 10 y yo me gané el nombre de Miss Posit 😉
Leer más