Por qué la escuela acaba con la creatividad

La semana pasada paré a repostar, y la chica que me cobró en la gasolinera, estaba haciendo los deberes de su hijo encima del mostrador.

Decidí que no podía pasar ni un día más sin escribir este post.

Posiblemente este artículo acabará siendo controvertido… O no. Quizás de lo que voy a hablar en él, es algo que todos ya sabemos… O no.

Pero es que el tema de la educación, es uno de los que más me toca la fibra y por eso me gustaría conocer tu opinión. Hoy te cuento la mía.

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Toda la verdad sobre el momento “¡Eureka!” y cómo llegar a él

Cuando se te ilumina la bombilla, ese momento en el que de repente se te ocurre una idea genial, te sientes una especie de mago tocado por la inspiración divina.

Pero, ¿cómo llegar a ese momento glorioso? ¿Cómo puedo crear productos o servicios geniales, innovadores y llenos de valor? ¿Cómo hacer que llegue la idea?

Hoy, he decidido contarte toda la verdad.

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La diferencia entre vender tus horas o tu talento

Que todos tenemos talento para algo, es algo que tengo clarísimo. Lo difícil, es encontrarlo y saberlo aplicar de una forma útil. Saber qué es lo tuyo. Conocer a la perfección qué es eso que haces tan bien que puede ayudar a los demás. Una vez lo sabes, solo tienes que trabajar el él para hacerlo brillar. Usar toda tu creatividad para hacer algo realmente provechoso.

Pero, ¿es posible vender al talento a precio por kilo?

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Qué tiene que tener un emprendedor para triunfar

Hace muy poco, hice el Camino de Santiago otra vez. Digo otra vez, porque ya lo había hecho hace unos años desde Irún (el Camino del Norte) y esta vez hice otro distinto, el Camino Inglés, el más corto de todos, que va desde A Coruña hasta Santiago y se hace en 3 días, y no un mes como el otro. Es una experiencia súper chula que, si tienes oportunidad, te recomiendo que hagas, aunque sea un trozo. De nuevo, en esta ocasión, fue una oportunidad para ponerme a prueba, unos años después.

Caminar durante días, te da para pensar mucho y, sobre todo, para mirar las cosas desde otra perspectiva. Si nos ponemos místicos, y comparamos un camino (como el de Santiago), con lo que es emprender, hay muchísimas similitudes. Al final, es un trayecto por el que vamos avanzando, que te pone al límite muchas veces, en el que te encuentras obstáculos y muchas veces te surgen dudas sobre si podrás llegar al final.

Hay ciertas cualidades, que son necesarias, más bien básicas, para triunfar, para llegar a la meta. Puedes traerlas ya de serie, o adquirirlas en el viaje. Son cosas que, si no las tienes, es complicado que vayas a llegar al final, o a triunfar como emprendedor. Características que, si no desarrollas (o mantienes) lo tendrás bastante más difícil. Y, emprender, también te pone a prueba constantemente.

A continuación de cito algunas de ellas y cómo hacer para mejorarlas o mantenerlas si ya las tienes.

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10 claves para saber si lo que haces, es lo tuyo (y sino, dejar de perder el tiempo)

Sucede mucho. Más de lo que pensamos. Mira a tu alrededor un momento. ¿Conoces mucha gente ilusionada con su trabajo? ¿Personas que se levantan felices con ganas de ponerse en faena? ¿O, más bien, ves que todo el mundo suplica por vacaciones y sufre los domingos por la tarde cuando piensa en madrugar el lunes?

Si trabajas para otra persona y te sucede esto, pues vale, al fin y al cabo, no son tus reglas y ni siquiera tiene por qué ser tu manera de ver las cosas. En cambio, si te lo montas por tu cuenta y eliges tú qué es lo que quieres hacer, no debería ser así, ¿no? Vale que es duro igual (o más), pero te gusta lo que haces y por eso vale la pena. El problema es cuando haces lo que se supone que debes hacer, pones el piloto automático, y no te planteas si en realidad eso que haces es lo que te hace vibrar y te proporciona auténtica felicidad.

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Por qué la edad solo es un número (cuando hablamos de creatividad)

Hay que ser realista: si quieres ser bailarín del ballet de Moscú pero ya rondas los 40 y no has hecho nunca ejercicio te lo veo un poco difícil, casi que te recomendaría que lo dejases para tu siguiente vida. Pero salvo casos extremos como éste, puedes emprender cualquier actividad creativa que se te ocurra en cualquier momento de tu vida sin que la edad importe lo más mínimo.

Parece que está estipulado por alguna ley no escrita que hay una edad para cada cosa. Es cierto que para algunas indudablemente sí: ser padre a los 75 está complicado o hacer uno mismo una operación a corazón abierto a los 16. Pero en lo que a desarrollo de ideas, proyectos y creatividad, no hay límites en la edad, solo excusas. El “soy demasiado viejo para ir a la universidad” o “soy demasiado joven para rodar una película” son solo pretextos tras los que nos protegemos para no dar un paso al frente y hacer cosas.

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