¿Te suena la situación del título? Yo la escucho muy a menudo. Es algo muy típico: alguien que ha tomado un camino y, por el medio del trayecto, se ha dado cuenta de que lo que hace no es lo suyo o, simplemente, ha descubierto que quiere cerrar una etapa para empezar otra. Dedicarse a otra cosa. Ha descubierto su pasión y, después de un hallazgo como este, con el subidón, es difícil pasarlo por alto. Pero, ya en ese punto, tiene responsabilidades y, sobre todo, facturas que pagar todos los meses. Entonces, la cosa se complica, ya no es tan fácil y emocionante dar el salto.
¿Cómo afrontar este cambio? ¿Tú te atreves?