Cómo definir tu pasión (y que puedas vivir de ella)

Muchas veces creemos que uno vale para hacer una única cosa. Ya sea aquello para lo que estudiaste o aquello en lo que has adquirido experiencia laboral, en el sector que sea.

Pero seguramente, aquello que te apasiona, es una mezcla de cosas para la que no se ha inventado una titulación universitaria, y que quizás no tenga ni definición en el diccionario.

Sin embargo, si encuentras esta mezcla, puedes convertirte en un crack “de lo tuyo”

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10 claves para saber si lo que haces, es lo tuyo (y sino, dejar de perder el tiempo)

Sucede mucho. Más de lo que pensamos. Mira a tu alrededor un momento. ¿Conoces mucha gente ilusionada con su trabajo? ¿Personas que se levantan felices con ganas de ponerse en faena? ¿O, más bien, ves que todo el mundo suplica por vacaciones y sufre los domingos por la tarde cuando piensa en madrugar el lunes?

Si trabajas para otra persona y te sucede esto, pues vale, al fin y al cabo, no son tus reglas y ni siquiera tiene por qué ser tu manera de ver las cosas. En cambio, si te lo montas por tu cuenta y eliges tú qué es lo que quieres hacer, no debería ser así, ¿no? Vale que es duro igual (o más), pero te gusta lo que haces y por eso vale la pena. El problema es cuando haces lo que se supone que debes hacer, pones el piloto automático, y no te planteas si en realidad eso que haces es lo que te hace vibrar y te proporciona auténtica felicidad.

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Desechar una idea brillante es cuestión de supervivencia

Qué tontería de título, estarás pensando. Que nadie es tan bobo como para tener una idea genial, esa con la que puedes hincharte a ganar dinero, y dejarla escapar. Y sin embargo, yo te aseguro que mucha gente sí lo hace. Lo que sí, no voy a decirlo y quedarme tan ancha, sino que voy a acompañar esta afirmación de datos y una explicación completa de por qué, los seres humanos, todos sin excepción, somos así de raros a veces. ¿Intrigado? Pues sigue leyendo…

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Por qué la edad solo es un número (cuando hablamos de creatividad)

Hay que ser realista: si quieres ser bailarín del ballet de Moscú pero ya rondas los 40 y no has hecho nunca ejercicio te lo veo un poco difícil, casi que te recomendaría que lo dejases para tu siguiente vida. Pero salvo casos extremos como éste, puedes emprender cualquier actividad creativa que se te ocurra en cualquier momento de tu vida sin que la edad importe lo más mínimo.

Parece que está estipulado por alguna ley no escrita que hay una edad para cada cosa. Es cierto que para algunas indudablemente sí: ser padre a los 75 está complicado o hacer uno mismo una operación a corazón abierto a los 16. Pero en lo que a desarrollo de ideas, proyectos y creatividad, no hay límites en la edad, solo excusas. El “soy demasiado viejo para ir a la universidad” o “soy demasiado joven para rodar una película” son solo pretextos tras los que nos protegemos para no dar un paso al frente y hacer cosas.

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