Hay una cosa que está clara: tu marca es de las primeras cosas que va a llegar a tu cliente potencial.
Muchas veces, va a determinar si esta persona quiere saber más sobre lo que tú haces, o si, por el contrario, le genera rechazo o no se siente identificado. Podrías perderle para siempre… De ahí que no puedas permitirte muchos errores a la hora de definirla.
Una marca se define mediante un proceso llamado branding (que viene de “brand”, marca en inglés), con el cual se construye y se configuran todos sus elementos. Es un paso importantísimo que definir al principio de tu negocio, es como ponerle la ropa adecuada para trasmitir una imagen concreta.
Sin embargo, todavía me encuentro con cosas en las que se sigue fallando, por pasarlas por alto o por no ponerlas en práctica cuando se debería.
Aquí te dejo un recopilatorio de “malas prácticas” en cuanto a branding se refiere.
¿Fallas en algo?
Házme un logo rapidito, cualquier cosa chula
Esto lo he escuchado un montón de veces. No se le da importancia a la imagen que se transmite, parece que con poner un logo atractivo es suficiente para cubrir la papeleta. Pero, ¿vale cualquier logo? Por supuesto que no. El logo es como el buque insignia de tu marca, un elemento importantísimo por el cual te van a identificar en todas partes. Allá donde vayas, tú y tu proyecto vais a ir detrás de él… así que cualquier “cosa chula” no vale, tiene que ser algo muy estudiado y representativo, tiene que transmitir toda la esencia de tu marca y emocionar a tus clientes.
Que todo sea coherente
Por supuesto, el branding es mucho más que un logo. También es cómo aplicas una imagen coherente a todos los elementos gráficos que utilices (tarjetas, documentos, redes sociales…), además de cómo hablas, cómo comunicas, y cómo haces llegar tu mensaje a los demás. Por eso, todo tiene que ser muy coherente, tiene que estar perfectamente hilado sin que nada desentone.
No tener una guía de estilo
Cuando tenemos que aplicar la imagen de nuestra marca en algún soporte, físico o digital, es importante echar mano de nuestra guía de estilo (se le suele llamar también manual de imagen corporativa) en el que nuestro diseñador nos habrá definido unas pautas que seguir siempre sobre colores, tipos de letra y demás elementos gráficos. Esto es genial porque, además de facilitar muchísimo la labor, se consigue que todo tenga la coherencia de la que hablaba antes.
Ignorar tu posicionamiento
El posicionamiento no es más que el lugar que quieres ocupar en la cabeza de la gente, el recuerdo que quieres dejarle, que cuando necesiten lo que tú haces piensen en ti y no en otro. Puedes definirlo con una simple frase, por ejemplo, “el zapatero express más barato de Madrid” o “la empresa de entrega de comida a domicilio con más variedad”, pero es un concepto que va a crear tu cliente o potencial cliente dependiendo de lo que tú le transmitas. Una vez tengas definido este posicionamiento, éste te ayudará mucho a la hora de dotar del contenido tu marca.
Carecer de mensaje
El mensaje es aquello que comunicamos, lo que decimos todo el tiempo con nuestro branding y el que conseguirá calar en tus futuros clientes. Sería como el mantra de tu proyecto. Lo ideal es que en este mensaje trates de plasmar tu principal beneficio, aquello en lo que les vas a ayudar mejor que nadie.
Errores de branding que tu marca no se puede permitir Compartir en X
No saber a quién te diriges
Lógicamente, si no sabes a quien te estás dirigiendo, no es fácil definir el mensaje y, mucho menos, la imagen con la que queremos comunicar. Tener en cuenta a tu tipo de cliente ideal todo el tiempo es fundamental. Aquí te dejo una herramienta súper útil que te puede ayudar un montón con esta labor.
Comunicar de forma robótica
A la hora de comunicar, trata de encontrar tu voz, tu forma de decir las cosas. No trates de imitar a otro, ni de hacer las cosas según un “manual empresarial” demasiado robótico y enlatado. Sé natural y busca el tono que sea más adecuado para tu marca, ya sea más cálido y cercano, más zen y honesto o más divertido y dinámico. Que sea siempre acorde a tu proyecto, a tu causa y a todo lo que quieres transmitir.
¿Y tú? ¿Te has dejado algo atrás? ¿Fallas en algún punto? Cuéntame tu experiencia en los comentarios y charlamos. ¡Te espero!