A veces me escriben personas que me cuentan que, aunque su idea es buena, no entienden por qué no tiene más repercusión, por qué las demás personas no se enamoran de ella al igual que lo está él mismo, que es su creador.
Si tu idea no triunfa, seguramente sea porque, o le falta algo, o no apela a las cosas que hacen “clic” en la gente. Por eso hoy quiero hablarte de 3 ingredientes clave para que tu idea sea fácilmente compartible, que tienes que meter en la coctelera de tu receta del éxito… si es que no los tiene todavía. ¿No tienes una idea contagiosa? Pues sigue leyendo…
Ingredientes para ideas contagiosas:
Cuarto kilo de emociones: cuando a alguien le importa algo, tiende a compartirlo. Para ue una persona se preocupe por saber qué sucede alrededor de tu marca/producto, “solo” tienes que tocar en las teclas que conmueven al tipo de público al que te diriges y comunicarte con ellos en base a eso. Si haces que tu cliente se sienta especial, lo habitual es que sienta la necesidad de compartirlo con su círculo social. Convertirás a tu propio cliente en evangelista de tu marca.
Dos cucharadas de valor práctico: si tu idea tiene un valor práctico evidente, es decir, algo útil que tu cliente puede poner en práctica después de conocerla, también tenderá a compartir más. Si eres profesor de guitarra y das unas clases muy útiles con grandes consejos, lógicamente tus alumnos te recomendarán porque están contentos contigo. Esto puede parecer muy lógico, pero en ocasiones confundimos lo que TÚ crees que es útil, con lo que tus clientes realmente necesitan. Lo mejor, es preguntarles directamente.
Un par de litros de una historia que contar: también conocido como storytelling. A todos nos encanta contar historias, compartirlas y volver a escucharlas. Si tu idea o tu marca cuentan una con gancho, tienes ya en tu poder algo sumamente contagioso. Tendrás que basar en esa historia la creación de la marca, del servicio/producto. No tiene que ser ciencia ficción ni una novela completa, sino cualquier argumento con gancho que esté en torno a ella. Tendrá que ser lo más auténtica y emocionante posible; sencilla, pero efectiva. Deberás ahondar un poco en tu recorrido, en tus valores y en tu misión para sacarla. Una vez la tengas, contruye gran parte de tu comunicación en tu historia para llegar a tu público que, sin duda, querrán ser partícipes de ella y contarla una y otra vez.
Los 3 ingredientes clave para que tus #ideas sea contagiosas Compartir en X
Un bonus
El postureo: pues sí, querido lector, esto es algo que va en la naturaleza humana, así que si tu cliente tipo usa algún tipo de “postureo” (en el buen sentido de la palabra), aprovéchalo. El hecho de que le des algo que le sirva para hacer una recomendación a sus amigos, y que ésta le haga quedar bien frente a ellos, tienes mucho ganado. Piensa que tu público, va a querer compartir todo aquello que le haga quedar bien, sea por imagen, porque quiere ser una referencia en algún tema en concreto o porque hay algún punto doloroso que le afecta especialmente y quiere arremeter contra él. Detecta qué cosas suele compartir, cuál es el “postureo” que quiere adoptar, y tenlas en cuenta antes de cerrar la coctelera con tu receta para triunfar.
Si te ha gustado este artículo, ¡compártelo! Ya sabes, siendo generoso, se consigue llegar mucho más lejos.
¡Feliz viaje creativo!