¿Y si te digo que los Clientes tóxicos… no existen?

¿Cómo te quedas?

Tanto quejarnos de los clientes tóxicos y ahora… ¿resulta que no existen?

Mmmm…

¡Pues la verdad es que yo creo que no!

Creo que son una leyenda urbana, como la chica de la curva o Papá Noël.

 

 

Esas personas que llegan a tu negocio exigiendo más de la cuenta, que te ratean tus precios, que te piden más cosas de las acordadas y a los que solo quieres perder de vista… no, no son reales.

Esto, es una verdad a medias.

Sí que a todos nos ha pasado (la verdad es que espero que a ti no) que nos hemos encontrado en una situación chunga de estas.

Pero… la pregunta es… ¿la culpa era del cliente? ¿O tú tenías parte de ella?

Aha.

Yo creo que sí, que en gran parte la culpa es nuestra. Y levanto la mano la primera.

Vale, igual no el 100%, pero el 95% de la culpa de que la cosa fuese así, sí era mía.

¿Y esto por qué?

Quizás es que no sepas muy bien a quien tienes que ofrecer tus servicios, o que no entiendas cuáles son sus motivadores de compra.

La buena noticia es que podemos evitar estas situaciones “difíciles”. Está en nuestra mano.

Y quiero contarte cómo.

Porque yo soy de esta opinión…

 

[dt_quote type=”blockquote” font_size=”big” animation=”none” background=”plain”]El Cliente no siempre tiene la razón, pero no le des razones para que la tenga[/dt_quote]

 

A continuación te doy todos los detalles… y además de que he querido hablar de mis clientes y hacerles un mini homenaje por molar tanto 🙂

 

Desengáñate: los Clientes tóxicos no existen Compartir en X

 

¿Y tú qué opinas sobre este tema? ¿Tienes clientes tóxicos y no sabes cómo deshacerte de ellos?

Te espero en los comentarios.

firma-MF

 

 

 

 

 

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14 comentarios en «¿Y si te digo que los Clientes tóxicos… no existen?»

  1. Hola guapa!

    Para mí el cliente tóxico lo tienes hasta que no puedes elegir otros mejores porque no tienes posicionamiento ni visibilidad. Así es cómo lo veo yo 😉

    La clave es trabajar para tenerlas y poder elegir clientes. Hasta entonces hay que ponerse el casco y facturar.

    Un abrazo!

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    • Hey Diego! Bueno, yo me puesto la norma “libre de clientes/situaciones tóxicas” desde el principio y, de momento, ya os digo que el 100% de ellos han sido toxicidad free. Pero lo que tú dices, hay que trabajar ese posicionamiento desde el principio claro (si no hubiese trabajado el mío, yo que me dedico en parte a eso, sería para matarme vamos) Gracias por tu apunte! Abrazo de vuelta 🙂

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    • Hola Diego,
      creo que aún sin tener posicionamiento y visibilidad si un profesional baja su precio a la primera de cambio por que un cliente no esta convencido, ya está empezando mal. Bajo mi punta de vista eso solo va a provocar que vengan clientes de ese tipo, clientes que acuden a ti por el bajo precio.

Soy Diseñador web y hace un par de meses que empecé mi proyecto, aún no tengo visibilidad ni posicionamiento. El primer cliente que llegó decidió no contar con mis servicios por que no le interesaba el presupuesto (no es para nada caro). Sintiéndolo en el alma me tuve que aguantar, decidí que no iba a rebajarme. Puede parecer tajante pero sabía que si bajaba mi precio empezaría una cadena de clientes tóxicos que no valorarían mi trabajo, no estaría contento trabajando con ellos y se crearía una atmósfera que no me dejaría trabajar a gusto.

Estuve trabajando mucho definiendo el precio de los servicios y diseñando los servicios, (siguiendo algunos consejos de marta en su blog) como para tirarlo todo por la borda.

No os autosaboteéis.

Saludos!

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  2. Coincido plenamente con lo que comentás, los clientes a quienes les das la mano y te toman del codo existen porque el codo está al alcance 😉

    El mejor remedio es el que comentas: ser claros y específicos con lo que incluye o no un servicio sin por ello dejar de ser amable y dispuesto a recotizar por servicios extra!

    Saludos

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    • Totalmente de acuerdo contigo!! Cuanto más claro al principio en cuanto en qué vamos a ayudarle y cuánto le va a costar, menos sorpresas a lo largo del recorrido. Muchas gracias por tu comentario! Un abrazo

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  3. Hola, Marta!
    no puedo estar más de acuerdo contigo. Antes de quejarse de lo que sucede, es importante ver en qué sentido somos responsables. Fijar los límites es primordial. “Tu libertad termina donde comienza la mía”, ¿no?.
    No voy a negar que no me haya encontrado con este tipo de cliente porque mentiría, aunque también he de decir que de esas situaciones he aprendido cosas que me ayudan en mi negocio, como, por ejemplo, a valorarme como profesional.
    Trabajar el posicionamiento… porque si se empieza a coger cualquier trabajo para facturar y facturar olvidándose del posicionamiento, podría convertirse en un bucle que llevaría a una insatisfacción profesional y personal (o eso pienso).

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    • Claro que sí!! De todo podemos aprender mucho 🙂 Estoy de acuerdo contigo (totalmente) en que el posicionamiento hay que trabajarlo desde el principio para atraer a las personas que realmente compartan nuestros valores y que estén interesados de verdad en trabajar con nosotros. Así que, bien por ti!!! 🙂

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  4. Hola Marta,
    
muy interesante tu punto de vista sobre los clientes tóxicos.

    Estoy totalmente de acuerdo contigo. Los clientes tóxicos los crea uno mismo, depende de ti saber a que personas te quieres dirigir y a quien dedicarle tu valioso tiempo.



    Saludos 😉

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    • Gracias por tu comentario Víctor!! Creo que es una situación a la que puedes llegar una vez por error o inexperiencia, pero si pasa “por norma”… es para analizar qué está pasando… sin duda, nosotros no estamos exentos de culpa, algo hemos tenido que ver. Gracias por tu punto de vista, un abrazo!

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  5. Lo siento, no puedo estar de acuerdo y la razon es que no estamos definiendo lo que se considera un cliente toxico.

    El regateador que no compra, el que no paga o no no paga a tiempo, el cliente que es agresivo y no se deja asesorar.

    En definitiva es casi como decir que la gente tóxica no existe.

    Si consideramos que los clientes tóxicos no existen y que mas aún es cumpla nuestra su comportamiento, entonces hay que reflexionar sobre el servicio y asesoría que estamos ofreciendo.

    El cliente toxico si existe y no se debe confundir con el cliente insatisfecho ante un mal servicio.

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    • Gracias por tu comentario Héctor!! Personalmente no me gusta llamar “tóxico” a nadie, pero sí estoy de acuerdo contigo en que hay situaciones no deseadas que ahí sí tenemos el poder de intervenor, decidir y alinear (o no) intereses cliente-proveedor. Hay personas con más resistencias que otras en según qué cosas, o vemos las cosas distintas al cliente o, simplemente, no le podemos ayudar en según qué términos. Simplemente (evidentemente esta es mi opinión personal) trato de ser empática con todo el mundo por igual. Un abrazo y gracias por aportar!!!!! Muy interesante

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