Tienes una idea. Crees que es genial. Perfecto, bien por ti. Ahora solo queda saber si es viable. Y una de las partes de este análisis de viabilidad es saber si te va a dar pasta. Que tienes que echar números, vamos.
Y para echar números, tienes que saber de dónde va a venir el dinero. Para ello, hay muchos modelos de ingresos con los que puedes monetizar tus servicios. Puedes elegir uno, o puedes combinar varios, pero siempre tienes que tenerlos claros.
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Y de esto te voy a hablar en este post, de los tipos de modelos de negocio que puedes utilizar para generar ingresos con tus servicios.
Antes de dar forma a un servicio, hay que saber cómo vamos a ganar la pasta. Tengo un listado bastante extenso de formas de generar ingresos, así que he decidido dividirlo en 2 posts. Aquí te traigo los 7 primeros modelos para monetizar negocios de Servicios y, en el artículo de la semana que viene, te contaré el resto.
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Proyectos personalizados y Mentoring
Este es el clásico “tú me contratas, yo estimo el tiempo que me va a llevar el trabajo y, según esto, hago un cálculo del precio”. Es un trabajo que se hace de forma personalizada y al cliente se le da una atención exclusiva.
Este modelo se usa tanto en proyectos a medida como en programas de mentoring.
Te recomiendo que, a la hora de hacer este presupuesto no solo tengas en cuenta las horas que te va a llevar hacerlo, sino el valor que se va a llevar tu cliente. Esto es complicado de calcular, no es que haya unos coeficientes para sacar un número, pero, con el tiempo y la experiencia sabrás valorarlo mejor.
Esta “ley” corresponde al típico:
– ¿Cómo me cobras tan caro si te ha llevado 10 minutos dibujarlo?
– Porque me ha llevado toda una vida de trabajo aprender a hacerlo en 10 minutos
Tu trabajo soluciona un problema, y eso tiene un gran valor.
Suscripción
Una buena opción es tener un contenido o un tipo de servicio disponible, que se cobre por tener acceso de forma mensual, trimestral, etc.
Un buen ejemplo de un servicio de este tipo son las opciones de mantenimiento que tienen las personas que se dedican a hacer webs: ellos las hacen y, una vez hecha, si tienes cualquier problema o necesitas alguna modificación, pagas una cuota mensual con la que tienes cubiertas cosas como copias de seguridad, pequeñas modificaciones… Habrá meses que no te pidan nada y que no haya ningún problema, pero tener esta opción contratada al cliente le da tranquilidad.
Otra opción es que tengas un portal en el que tus clientes pueden acceder a los servicios de la plataforma (como podría ser recursos de formación) solo si está suscrito. Además, podrías ofrecerles planes más básicos y otros más premium para que puedan entrar a más o menos cosas, según sus necesidades y presupuesto.
Alquiler
Por alquiler nos viene a la cabeza coches, casas vacacionales o bicicletas, pero en muchos otros negocios pueden alquilarse recursos. Por ejemplo, si tienes una oficina enorme, quizás puedas alquilar el espacio para eventos o charlas o si tienes una escuela deportiva puedes tener material disponible para alquilar, de forma puntual o incluso por largas temporadas.
Bolsas de horas
Esta opción es muy interesante. Son tus horas, puestas a la venta. Se paga por adelantado un grupo de horas (5, 10, 50… las que sean) y quedas a la disposición de tu cliente para modificaciones puntuales del trabajo o nuevas aplicaciones del mismo, o nuevas sesiones, como podría ser el caso de un psicólogo que había dado por finalizado su programa de terapia.
Un ejemplo fantástico donde aplicar esto, es trabajos como el de un diseñador gráfico, en el que un cliente te encarga la imagen corporativa de su negocio, pero luego necesita que le apliques el logo en una lona que quiere colgar en su próxima feria. A este diseñador le llevará poco tiempo hacerle este trabajo, pero si el cliente tiene esta bolsa contratada por adelantado, en lugar de hacerle un nuevo presupuesto, o peor, de hacérselo gratis a modo de “favor”, pues se lo descuenta de estas horas previamente compradas. Eso sí, al finalizar el trabajo, habrá que pasarle al cliente un registro de lo que se está haciendo con sus horas y cuántas le quedan en su “saldo”.
Esta es una muy buena opción para “educar” al cliente y para que se piense muy bien qué cosas pedirte antes de si quiera levantar el teléfono para llamarte.
Recomendaciones:
– Dejar claro en el presupuesto qué actividades entran dentro de esas bolsas de horas. No vaya a ser que tú les hayas diseñado un logo y te pidan luego una página web, o cambiarles un grifo de su casa. Ya me entiendes.
– Cada hora de tu bolsa de horas debe ser más cara que la hora que va dentro de un proyecto completo. Si quieren algo tan específico como para pagar una hora suelta de tu trabajo, ¡entonces también deberán pagarla! No lo vendas barato.
Intermediación
Otro clásico. Es una muy buena opción si lo que se te da bien es la labor comercial. Se trata de conseguir un cliente para un servicio determinado, pero que el trabajo lo ejecute otra persona / empresa y, con lo cual, tú te llevas una comisión.
Esto quizás te suene un poco de “gran empresa” pero hay muchas formas de aplicarlo a las pequeñas. Una de ellas es tener una red de colaboradores de confianza sobre la que ir delegando los trabajos y que, después te deje a ti ese dinero por medio. Tú te encargarías de coordinarlo todo, de estar pendiente de que los plazos de cumplan y de pasar los presupuestos. De todo, menos de la ejecución del servicio.
Un ejemplo sería, por ejemplo, que montes una agencia de marketing. Tú tendrás una idea general de marketing, pero puedes tener colaboradores que realmente sean especialistas en distintos ámbitos (copywriting, communnity management, Facebook Ads, comunicación…). Así, irás conformando grupos de trabajo según el proyecto y las necesidades del mismo.
Freemium
En este modelo, existe una gran cantidad de usuarios que adquieren el servicio gratis, y que respaldan a una cantidad más pequeña (pero lo suficientemente grande como para que sea rentable) de clientes que pagan por usar el mismo servicio con muchas más prestaciones. Por ejemplo, Linkedin. Muchísimas personas tienen cuenta gratuíta en esta plataforma, pero solo unos pocos pagan por la Premium. Los suficientes para que los creadores de Linkedin tengan un negocio rentable.
Licencias
En la era 2.0, las licencias están a la orden del día, ya que se aplican muy bien en Servicios de Apps, Softwares y herramientas online en general. Si has desarrollado algo de esto tendrás que establecer un plan de licencias.
Una opción es poner varios planes de precios, según se pueda acceder a unas funcionalidades o a otras. Puedes combinar este modelo con la opción freemium que te explicaba antes.
Ejemplos de servicios con licencias: Mail chimp (que combina con freemium) o Adobe Photoshop
Hasta aquí los primeros 7 modelos de los que quería hablarte. La próxima semana, te cuento más.
Te toca: ¿Sigues alguno de estos modelos? ¿Combinas varios? ¿Ves interesante incorporar alguno de ellos a tu negocio actual?
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Muy interesante Marta!!! Deseando que llegue la segunda parte!!!!
Gracias Lidia!! Espero que sea útil. La próxima semana más!! 😉 Un fuerte abrazo y gracias por tu comentario
Me ha gustado este artículo, muchas gracias por compartirlo y sigue así.
Muchísimas gracias, me alegro que te haya gustado 🙂
Gracias , deseando saber cómo generan negocio tantas apps como hay gratuitas . Me gustaría saber si lo incluirás en el próximo artículo . Tiene que haber algún truco de monetización 🙂 gracias y felicidades !
Hola Maite! No soy especialista en apps, pero, hasta donde sé, la app en sí no es la que da el dinero, sino que es el modelo de negocio que la sustenta. Digamos que la app es una pieza más de toda la maquinaria. Gracias por tu comentario!