Es que hay gente que se empeña en coger su creatividad y matarla. Si esa es tu misión, sigue leyendo porque te voy a dar claves rápidas para acabar con tus sueños por siempre jamás. ¿O prefieres pensártelo?…
Sí amigos, hay gente que está dispuesta a cometer ese asesinato, y lo hace. Y muchas veces sin saber que lo está haciendo. Estas 4 cosas que te comento a continuación, son claves para evitar acabar con la vida de una de las cosas que nos da la nuestra.
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EL MIEDO
¿Postergas siempre el comienzo de tu nuevo proyecto? ¿No quieres arriesgarte ni lo más mínimo? ¿Tienes miedo a no hacerlo bien a la primera? ¡Bien por ti! Porque llenar tu cabeza de dudas basadas en futuros inciertos, destrozarán tu pensamiento creativo de un plumazo.
Mejor si… Generar pensamientos negativos del tipo “quien soy yo para meterme en este proyecto”, “yo no soy lo suficientemente creativo”, “cometer errores va a ser horrible e insoportable”, nublan todo lo demás, no dejan ir más allá. Para poder desarrollar la creatividad, hay que tratar de ni centrarse en este tipo de pensamientos o creencias. Trata de generar pensamientos positivos del tipo “es cierto que no sé qué me voy a encontrar, pero voy a probar a mi ritmo y sin presión”, o “todos somos creativos, así que yo también puedo”. No lo hagas de forma superficial, no vale solo con colgar de tu corcho una frase de esas de “tú puedes con todo” y ya está, lo que tienes que hacer es creértelo, y eso se hace demostrándoselo a uno mismo, por eso mi consejo siempre es empezar poco a poco.
LA EDUCACIÓN
¿En tu cole os mandaban repetir en alto cosas hasta que se os quedaba gravadas (por unos días, por lo menos hasta el examen)? ¿Se te daba bien hacer algo artístico, pero no le dieron la importancia necesaria porque hay otras asignaturas “más importantes”? ¡Estás de enhorabuena! Porque si te ha pasado y no te das cuenta para asumirlo y sobre todo, remediarlo, puedes pasarte la vida creyendo que tú no eres creativo y que jamás podrías dibujar ni un pequeño corazón al final de una notita para tu cari.
Y es que… A muchos en el cole nos han enseñado a no destacar (no quiero decir a todos nos ha pasado porque es triste y seguro que hay honrosas excepciones de profes que lo dan todo pos sus alumnos e intentan cambiar las cosas). No se suelen potenciar las habilidades de los niños y éstos dejan de lado muchas cosas que les gustan, especialmente las más artísticas, porque hay exámenes que pasar y cosas “más importantes” que aprender. No dejes que te convenzan de que no eres creativo si nunca te han dado la oportunidad verdadera de serlo.

LA RIGIDEZ
¿Estás metido en una rutina cuadriculada casa-trabajo-casa-cena-cama? ¿Cuándo, por circunstancias ajenas a tu voluntad, tienes una hora libre con la que no contabas no sabes qué hacer con ella? ¡Geniaaal! Estás metido en una vorágine de rutina y rigidez que no te dejan ver más allá, y esto es súper dañino para tu pensamiento creativo.
Y es que… todos tenemos épocas en el año en las que estamos a tope y lo que más deseamos es pedir un tiempo muerto. Pero aun así, aunque nos encontremos en una de estas etapas, hay que hacer siempre el esfuerzo de introducir pequeñas cosas para hacernos salir del bucle, aunque sean unas pocas horas a la semana dentro de nuestras obligaciones. Si no sabes cómo, este es un pequeño plan para comenzar tus proyectos creativos.
EL BUEN GUSTO
Si tienes una idea preconcebida inquebrantable sobre como tienen que ser o no ser las cosas para estar bien hechas, o si eres una persona de extremos, de blanco o negro para quien los grises eran unos polis que hubo Españadespués de la Guerra Civil, vas por muy buen camino de dejar K.O. a tu creatividad y de un golpe.
Porque… ¿quién determina el buen gusto? ¿La forma correcta o incorrecta de hacer las cosas? No sé tú, pero yo no conozco personalmente ningún gurú que sabe a ciencia cierta definir el buen gusto y el saber hacer. Y, como no lo conozco, me esfuerzo por no dejar influenciarme demasiado por las cosas del exterior. Buscar consejos, inspiración, está muy bien, pero ojo con el dejar influenciarse… para mal. Cada uno es creativo a su manera, no dejes que ciertas cosas que creas que están ya estipuladas por ley te limiten.

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Todas estas cosas, tienen la misma raíz: aplicar excesivamente el sentido común o, más bien, aplicarlo mal. Hasta limitarnos. Así de mal.
Para no acabar con nuestra creatividad o, mejor dicho, para dejarla fluir y trabajar, no hay que pensárselo tanto, y hay que dejar que nuestro pasado (la educación), nuestro presente (lo que te está influenciando tu entorno o las cosas que ves por ahí, y esa rigidez autoimpuesta) y futuro (este último incierto, porque a veces tenemos miedos de cosas que aún no han pasado y que no tienen por qué pasar) no nos afecten tanto.
Convivir con esas cosas que nos paralizan.
Y sobre todo, empezar.
No dejar en el cajón proyecto creativo (grande o pequeño) que siempre quisiste hacer.