30 cosas que aprendí antes de los 30

Estos días, no sé por qué, o quizás sí lo sé, he recordado una anécdota que me pasó cuando estaba haciendo el camino de Santiago. Por aquel entonces, yo tenía 25 años y llevaba casi un mes caminando… me faltaba muy poco para llegar al final. Aquella noche, entró en el albergue donde estaba, un chico francés, un poco peculiar, sin nada más en la vida que lo puesto. Entre todos tuvimos que compartir cena con él porque, literalmente, no llevaba más encima que un saco de dormir. Durante esa cena, el francés peculiar, contó algunas de sus peripecias y todos compartimos los motivos que nos habían llevado a emprender aquel viaje. A la mañana siguiente, coincidí con él en la puerta de salida y, al irse, simplemente me dijo “cuando no haces preguntas, ves la luz”. Y se fue. Hablando con total sinceridad, en aquel momento, pensé que aquel tío estaba totalmente majareta, ese rollo pseudo-místico que se traía no me convencía del todo. Pero la verdad es que, a pesar de mi escepticismo, me quedé con la frase, por si acaso, y he pensado en todos estos años qué habría querido decir aquel chico tan raro con eso.

Enero es el mes de empezar otra vez, de los buenos propósitos y de retarse a uno mismo. Pero, para mí, también es el mes en el que cumplo años y lo aprovecho para hacer balance, como se suele decir. No me lo tomo muy en serio esto del balance, pero sí me gusta recordar cosas chulas que me hayan pasado y darme cabezazos contra la pared por errores que haya cometido. Y a mí este año me toca por partida doble porque, además de cumplir un año más, cambio de dígito, del 2 al gran 3.

Cuando tienes 20 años, los 30 te parecen tan lejanos, que los idealizas pensando que tendrás ya para aquel entonces la vida hecha y arreglada, un montón de cosas idílicas, que hablarás con fluidez unas cuantas lenguas, que conservarás la misma talla de pantalón y que serás poco menos que executive manager (sea lo que sea eso) de una grandísima empresa que no podrá sobrevivir nunca sin tu talento. Lo curioso, al menos en mi caso, es que no he conseguido la mayoría de las cosas con las que soñaba a los 20 (bueno, lo de las lenguas me lo voy a dar por bueno…), pero me han pasado tantas cosas excepcionales por el camino, que, una vez aquí, me doy cuenta de que ahora mismo tengo cosas increíbles con las que nunca me hubiese atrevido ni a soñar. Y experiencias a mis espaldas, de esas que tienen más valor que las cosas materiales. Por eso, en este post, quería compartir contigo 30 cosas que aprendí antes de cumplir los 30. Ya sabes, por si te sirve de ayuda en el camino.

 

cosas que aprendí antes de los 30

1.- Probar cosas nuevas siempre

Es verdad que cuando uno se hace mayor, se vuelve más cómodo y más escéptico, las dos cosas. Lo nuevo deja de molar tanto y nos parapetamos en esa famosa “zona de confort” donde nos sentimos calentitos y a gusto. Ya no tira tanto ir a dormir a un aeropuerto para pillar el primer avión que sale para Estocolmo y pasar allí el día (caso verídico que me ha pasado) ni apetece tanto irse a Bélgica con la mochila solo por probar allí un rico gofre de chocolate (ídem). El objetivo es no dejar que esta pereza que nos pone encima los años tome el control, hacer cosas nuevas tiene que estar siempre a la orden del día. ¡No cerrar puertas a nada!

 

2.- Todos tenemos derecho a tener una vida legendaria

No creo que el tener una historia bonita que contar, o que te pasen cosas increíbles sea exclusivo de las pelis de Hollywood. Si uno se esfuerza, tiene paciencia y va a por todas, tarde o temprano puede llegar a conseguir cosas legendarias. De esas para contar a futuras generaciones.

 

3.- Madurar es aprender a despedirse

Esto lo escuche no hace mucho por ahí, y me parece una frase llena de razón. Todos nos despedimos de alguien, sobre todo en la veintena. Muchas veces, por desgracia, para siempre. Otras, sencillamente, te despides de alguien que ha dejado de formar parte de tu vida. No suele ser fácil, pero cuando te haces mayor sabes que, de la misma forma o no, todo sigue al otro lado.

 

4.- Tú eres lo más importante de tu vida siempre

Aquí viene el saber decir que no, el valorar tu tiempo, el no poner las necesidades de los demás por delante de las tuyas… Al final, si no lo haces vas a estar permanentemente amargado, y eso afectará directamente a los que te rodean, especialmente a los más cercanos. La relación más importante que tienes que tener en tu vida, es la que tienes contigo mismo.

 

5.- Las personas cambian…

… Y no hay nada de malo en ello. Muchas personas son las que pasan por tu vida en la veintena. Con muchas perderás el contacto porque vuestros caminos se separan. Unos serán padres y dejarán de salir tanto, otros decidirán irse para siempre a dar vueltas por el mundo, otros se apuntarán a hockey y se pasarán los días practicando… Aprender a respetar todos los caminos hace que también respetes el tuyo.

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6.- Nadie tiene una vida perfecta

Idealizar la vida de los demás nunca es buena idea. Una cosa es tomar personas como ejemplo por sus valores o su forma de hacer las cosas, y otra es querer ser como ellas. Cada persona es única, saber buscar la esencia propia es una parte importante de los 20.

 

7.- Darte cuenta de que solo tienes un cuerpo

Y que no trae piezas de recambio. A los 20 todo sienta bien, pero con el tiempo, la cosa cambia. Cuidar la alimentación y hacer ejercicio son hábitos incuestionables. Aceptarse físicamente, también.

 

8.- Lo mismo, para la mente

Dicen que la ansiedad es una de las cosas que generan más enfermedades de nuestro tiempo… y yo me lo creo. Aprender a manejarla también es muy importante, no centrase en las cosas negativas (esos pensamientos chungos que nos acechan de vez en cuando), parar de vez en cuando y desconectar… La mente hay que cuidarla como al cuerpo. Tu cabeza puede amenazarte con ideas chungas, pero está en la mano de cada uno ponerla al servicio del corazón para hacer grandes cosas.

 

9.- Lo del príncipe azul es una broma macabra de Disney

De pequeña no vi muchas pelis de Disney. Yo era más de dibujos tipo Los Trotamúsicos o Willy Fog. Y cuánto lo agradezco. El tener idealizado a un príncipe azul que vendrá a salvarnos de todo como damiselas en peligro que somos, que se adelantará a todos nuestros deseos, y del que dependerá nuestra felicidad no tiene nada que ver con la vida real. La buena noticia es que, la vida real, es mucho mejor.

 

10.- Aprender a mirar desde otras perspectivas

Ponerse el lugar de otras personas, aprender de sus puntos de vista, desarrollar empatía y conocer otras culturas… Básicos de la veintena que seguiré explotando en los 30.

 

cosas que aprendí antes de los 30

 

11.- Fallar es inevitable e imprescindible

Si te equivocas, primero, es porque estás intentando hacer algo y no estás parado. Y segundo, un error tiene la sencilla razón de ser, de que había algo que necesitabas aprender. Así de fácil. Y la clave es esa, aprender de ellos y dejarlos ir, no obsesionarse hasta el punto de encariñarse con el fallo y quedarte bloqueado ahí.

 

12.- Uno puede cambiar de camino las veces que quiera

Antes uno era fontanero y lo era para toda la vida. Lo bonito de los tiempos en los que vivimos, es que puedes cambiar de camino las veces que quieras… y no pasa nada. Eso no es malo, es evolución. Tu trabajo y tus aficiones deberían estar equilibrados con quien tú eres.

 

13.- Hacer cosas que me dan miedo me mantienen fresca

Atreverse a dar el paso y hacer cosas que asustan, de esas que dan dolor de barriga del bueno, hacen crecer un montón. La primera vez que hice algo así fue con 23 años porque… ¡nunca había cogido un avión yo sola! Y ahora lo hago continuamente y hasta me entra la risa floja solo de pensar que me daba mal rollo…

 

14.- Alejarse de la gente que te absorbe energía

Hay gente que, sencillamente, te saca las ganas de vivir. Existe una tipología de persona que, por su falta de personalidad, o porque se aburre (o qué sé yo), se ve en el derecho de meterse en tu vida y pretender controlarla. Si te pasa con alguien, un consejo: huye a tiempo. Rodéate de gente positiva, personas interesantes que tengan algo que decir. Llega una edad en la que ya no todo vale. Mejor no perder el tiempo.

 

15.- Confía en tu intuición

Muchas veces el cuerpo entero se te revuelve y te dice que eso que estás haciendo no te va a traer nada bueno… y aun así, muchas veces lo hacemos igual. Creo que todos deberíamos hacer más caso a la intuición, eso evitaría que nos metiésemos en jardines que podríamos haber evitado solo por el hecho de hacer caso a nuestra barriga a tiempo. La angustia, la ansiedad y el sufrimiento, normalmente nos indican que estamos haciendo algo que, en realidad, no queremos hacer.

 

16.- Expresa tus necesidades con claridad

La de malentendidos que podríamos evitar de ser más claros con los demás y con nosotros… Usar las palabras correctas y no las que queden más bonitas, mejor quedar de borde que no meterte en un fregado innecesario.

 

17.- La justicia como tal, es algo que se han inventado los romanos

O eso creo yo. Nos pasamos gran parte de nuestros días viendo alrededor cosas “injustas” que pasan (solo con poner el telediario ya podemos encontrar infinidad de ejemplos), incluso en nuestro entorno más cercano. Gente que no se merece que le pase esa cosa tan horrible. O gente que es mala persona y que pisa a los demás, a la que vemos que la suerte de sonríe. ¿Y por qué? No lo sé, pero obsesionarse con lo justo o injusto que es algo saca un montonazo de energía; en mi caso, prefiero centrarme en lo que tengo e intentar hacer con eso todo lo mejor que puedo.

 

18.- No importa ni el cómo ni el dónde

Muchas veces soñamos despiertos con tener nuestra casa Pinterest, o nuestro idílico trabajo en una oficina tipo la de Google… y lo cierto es que, a fin de cuentas, nada de eso te haría sentir mejor. Casi nunca lo que importa es el cómo ni el dónde… sino el con quién.

 

cosas que aprendí antes de los 30

 

19.- Si tú no decides, otros lo harán por ti

Siempre he creído que está en la mano de uno tomar las riendas, que si no lo haces, ya llegará alguien para decirte lo que tienes que hacer. Los tiempos son difíciles, pero estoy muy convencida de que se pueden hacer grandes cosas desde lo pequeño, quedarse en casa esperando a que alguien te diga qué hacer, no es de ninguna manera una opción.

 

20.- Mejor no hacer grandes planes de futuro

Y no lo digo en plan catastrófico, sino en el buen sentido. Nunca sabes qué te puedes encontrar por el camino, y las cosas cambian tanto… Creo que tener ilusiones, hacer lo correcto cada día e ir paso a paso es el mejor de los planes.

 

21.- Cuidado con el perfeccionismo

Algunos lo señalan como una virtud. En mi caso, es uno de mis grandes defectos y que me ha hecho perder mucho el tiempo. Lo importante es empezar, ya iremos mejorando las cosas por el camino.

 

22.- La paciencia es la madre de la ciencia

No es bueno tener prisa nunca. Las cosas llegan cuando tienen que llegar, nunca antes, no hay atajos. Mejor dicho, las cosas llegan cuando estamos preparados para recibirlas.

 

23.- A veces hay que perderse para encontrarse

Cuando uno se pierde, se para un momentito y piensa a ver en qué sitio está, dónde quiere ir y cómo va a llegar. Cosas básicas para encontrarse.

 

24.- Cambiar de opinión es altamente recomendable

Se llama evolución. De hecho, quien nunca cambia de opinión tiene un problema. Además, uno no puede querer tener siempre la razón. Eso se llama humildad.

 

25.- Es de buen nacido ser agradecido

Y educado. Y sonreír a los demás. No cuesta nada y hace el viaje más placentero. A veces me sorprendo de las cosas que se consiguen solo con unas cuantas buenas palabras (sinceras, claro). Ser amable con los demás, un básico para los 30.

 

26.- Uno no debe empeñarse en echarse sal en las heridas

Rememorar el pasado con viejos desaciertos y torturarse por ello no es una buena opción. Uno tiene que ser amable consigo mismo, porque lo hecho, hecho está, menos auto-exigirse y más seguir adelante con lo aprendido.

 

27.- La estabilidad está sobrevalorada

Radicales o no, siempre he considerado los cambios como algo bueno. Son señal de movimiento, de avance. Si algo no te gusta como está, busca alternativas. Aunque eso te genere cierta incertidumbre.

 

28.- Acepta tus limitaciones

A ti, tal cual, con todo el paquete como viene de fábrica. Intentado mejorar siempre, claro. Pero conocer y aceptar las propias carencias te hace casi más invencible que conociendo y explotando todas tus virtudes (que también).

 

29.- El movimiento se demuestra andando

Y las palabras de las lleva el viento. No importa lo que digas que quieres hacer, simplemente hazlo y ya todos lo verán. Aplica la misma teoría con los demás, mejor que te demuestren las cosas con hechos, y no con palabras.

 

30.- La vida… es complicada

¿Por qué empeñarse en complicarla más? Nunca quedarse pensando en el peor de los casos, ser prudente, sí, pero ser positivo, tener la certeza de que todo va a salir bien, que las cosas son difíciles, pero no por ello son menos emocionantes.

 

Estos días, pensando en lo que me dijo el francés peculiar que encontré en mi camino en el invierno de 2010, me he dado cuenta de que tenía toda la razón con eso de que “cuando no haces preguntas, ves la luz”.

Y es que, ahora sé que, cuando dejas de hacer preguntas, es cuando aparecen todas las respuestas.

Esa es una cosa más que añadir a la lista.

Mi abuela cumple 80 años el día antes del que yo cumplo 30. Estuve con ella hace unos días comentándolo y me dijo, literalmente, que ella “tenía planeado cumplir muchos más”.

Pues, ¿qué quieres que te diga?

A mí, me parece un buen plan.

Antes me rayaba cumplir años, ahora, prefiero celebrar la vida. Como se suele decir, lo importante es cumplirlos y, además, cualquier excusa es buena para celebrar.

Apunta esa como otra cosa que he aprendido.

 

firma DC

 

8 comentarios en «30 cosas que aprendí antes de los 30»

  1. Que grandes conclusiones Marta! Yo, a puntito de cumplir 35, y todavía no he aprendido tanto….pero si me gustaría añadir una más. El deseo de conectar con la naturaleza.
    Pasan los años, y cada vez más necesito buscar el sosiego del mar, o el aliento del aire puro de una montaña…hasta el punto de convertirse en algo imprescindible en mi vida.
    Gracias por tu artículo. Me he sentido muy identificado.
    Un besiño y disfruta de Venezia, una de mis ciudades favoritas.

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    • Me alegro que te sientas identificado, y sí, esa que añades es muy buena y también imprescindible, gracias por sumarla. La verdad es que habría 1000 cosas más que decir seguro, pero tenía que resumir por algún lado! Gracias por pasarte y aportar, un abrazo enorme!

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  2. Hola!me ha encantado tu post!yo voy rozando los 30 también y me siento identificada con lo que dices. Creo que cada etapa tiene sus cosas buenas y malas y, con esta edad aprendemos a valorar cada día más las pequeñas cosas de la vida y lo realmente importante. Por cierto, si me tuviera que quedar con una frase me quedo con que ” el error tiene una razón de ser,había algo que aprender”Me encanta!no hay que dejar de aprender ni de soñar!
    un saludo y gracias por tu blog!

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    • Hola Maria!! Muchas gracias, me alegro mucho que te haya gustado y, sobre todo, que te sientas identificada 🙂 Como bien dices no hay que dejar de aprender nunca y, como no podría ser de otra manera, los errores forman parte de ese aprendizaje. Un abrazo enorme y gracias por tu comentario!!

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  3. Felicidades Marta!!!! Enhorabuena por tus logros y que en el nuevo año se cumplan tus nuevas metas y propósitos. A mi el verdadero cambio me vino con la treintena, jeje, pero nunca es tarde para darse cuenta de lo importante en la vida y el justo valor que le debemos dar a la cosas que no nos hacen felices para intentar cambiarlas y empezar a construir tus sueños. Brindo por ello y por el próximo desayuno creativo 😉
    Un abrazo

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    • Muchas gracias Luz!! Nunca es tarde para valorar las cosas de nuestro alrededor… pero parece que los 30 son un punto clave en el que uno se para y mira a su alrededor de otro modo… o eso me parece a mí!! Y con respecto al desayuno creativo ya estoy organizando el próximo!! En nada os aviso de todos los detalles. Otro abrazo de vuelta!

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  4. Hola Martha, impresionante la verdad de las cosas, y aunque la publicacion es un poco antigua, me hace recordar que ya tengo mas de treinta.

    Me encanta, creo que le agregaria algunos puntos mas, aunque mas cerca de la realidad no puede estar Bonita.

    Me encanta como escribes, asi que te envio mucha luz para que sigas brillando con tus bellas palabras.

    Rosa

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    • Hola Rosa!! Muchas gracias por tu comentario y por tus palabras tan bonitas 🙂 Me alegro un montón que te haya hecho pensar, sobre todo lo que hay que hacer es valorar las cosas pasadas y seguir disfrutando de las presentes, lo bueno es que todas las edades tienen sus cosas buenas 😉 Un besazo enorme y gracias de nuevo!!

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