Vender por Redes Sociales, es un error

Todo nace con la falacia de los ingresos pasivos.

Allá por el año 2013-2014 (aproximadamente, porque voy a centrarme en el mercado hispano nada más). Por aquel entonces, estábamos en pleno boom de los blogs y de la creación de infoproductos.

Esta inocente y feliz idea de hacerse rico creando un ebook en un par de horas tontas, y subirlo a tu blog con un botón de paypal… estaba a la orden del día.

“Consigue ingresos mientras duermes”, decían.

Suena tan apetecible como tentador.

Esta idea de ganar billetes “sin hacer nada” pues, como todo, se fue pervirtiendo con el paso de los años.

 

No abro ahora ese melón pero, si quieres, de “monetizar pasiones” y de “perseguir sueños” hablamos en otro FalconNews.

 

El caso es que, en el declive de los blogs (con su correspondiente newsletter), la gente migró en masa a darlo todo en redes sociales.

Influencers y negocios digitales, ya no conseguían posicionarse fácilmente en Google. El mercado estaba copado y había que abrir otros canales.

Y Mr Zuck no fue tonto, y por eso ya había comprado Instagram en 2012.

El problema de fondo de este rollo de hacer ingresos pasivos online, ya no es la frustración de que los resultados eran muy pobres para la mayoría.

Lo preocupante para mí, es que ahí se creó una cultura que yo llamo “el monitor escondite”, en la que, parapetados tras un ordenador y con la “esperanza” de ganar mucho dinero sin tener empleados, ni jefe, ni clientes con los que tratar, se fue creando un caldo de emprendedores creyentes de que las redes harán su trabajo y que, mágicamente, aparecerán compradores en mi web.

Llegarían hordas de gente dispuesta a aflojar billeticos tras ver uno de mis flamantes posts, sin tener yo que pasar por el engorroso y poco apetecible proceso de venta, en el que (¡oh, dios mío!) tenga que hablar con un ser humano.

Ah… ¿qué no me llega gente suficiente? No hay problema, invierto en unos ads increíbles, nada parecidos a los que ya les salen 24/7, y listo.

Lo que sea por preservar mi parapeto tras el monitor.

¿Y cuál es el problema de desarrollar muchas habilidades en herramientas digitales (Google Ads, Analytics, Meta Ads, Hotjard… etc etc) y muy pocas (o ninguna) habilidades sociales?

Los problemas vienen cuando las cosas cambian.

 

 

Se dice, se comenta…

 

Algunas de estas cosas son rumores y especulaciones y, otras, ya están en marcha:

– El Modelo de Negocio cambia: tanto Tik Tok como Meta (Facebook e Instagram, principalmente) despliegan la opción de suscripción para que la gente que pague no tenga que ver anuncios. Esto ya lo hemos visto como opción beta “de prueba” en las últimas semanas, pero tiene toda la pinta de que es algo que llega para quedarse. Ciao ciao relevancia de los Ads de pago (si es que le quedaba alguna)

Las leyes cambian: la Unión Europea entra en el juego y dice que lo de hacer adicta a la gente con el scroll infinito, nanai. ¿Qué es eso de quedarse hasta las 2 de la mañana viendo vídeos de perretes haciendo piruetas? De eso nada. Todo el mundo a dormir que hay que estar produciendo al día siguiente. Atontarnos sí, pero a trabajar bien despiertos que hay que levantar el país.

Los comportamientos cambian: las Redes nacieron como un lugar para conectaros. Luego, evolucionaron en un espacio para exhibirnos. Ahora, simplemente, es a donde vamos a entretenernos. La influencia de Tik Tok en el cambio de consumo, es innegable, y tenemos canales de entretenimiento en el bolsillo todo el tiempo. ¿En qué se traduce esto? En un aumento del déficit de atención que nos zombifica a una velocidad que acojona

 

Estos son los cambios actuales.

Pero imaginemos por un momento que nada de esto fuese cierto.

La realidad es que es un escenario plausible. No es algo loco.

Las “reglas de juego” de las redes pueden cambiar casi que de una semana para otra.

Al fin y al cabo, son muchas variables que ni tú ni yo tenemos bajo nuestro control.

Por eso me parece una irresponsabilidad “venderse” A las redes.

Trabajar para ellas y “para el algoritmo”.

 

No me entiendas mal, porque no las estoy demonizando.

A mí misma me han abierto muchísimas oportunidades.

Me encanta crear contenido y me traen ventas.

 

Pero mi empresa y el dinero que ingreso, no dependen 100% de ellas.

Y mi salud mental, tampoco.

 

Porque lo que está pasando en muchos casos es:

—> Gente condicionada por los Ads, porque si no les enchufan billetes, no llega nadie

—> Gente rellenando las redes con contenido irrelevante “para captar atención”

—> Gente tratando de “hackear el algoritmo” porque no tienen alcance

 

Si a ti no te parece una esclavitud, dime cómo se llama esto.

A no ser que tengas cientos de miles de euros para meter en publi, y un equipo de gente trabajando al detalle en esto… Lleva MUCHO tiempo.

Tanto, que para cuando quizás algo de eso funcione, habrás acabado con tu caja.

 

**Entiendo que, si estás leyendo este mail NO eres un/una vende-humos con un servicio de m____ que le importa un huevo, que tiene para invertir, y que lo quema todo rápido para facturar y desaparecer para siempre.

 

 

¿Cómo enfocamos las redes entonces?

 

Pues como tú quieras y, cada persona, a su manera.

Pero te comparto mi enfoque por si te da un punto de vista complementario.

 

Sí, está bien usar las redes.

Sí, está bien poner ads.

Sí, está bien crear un negocio digital.

 

Lo que creo que no está bien es “el monitor escondite”.

Lo que no está bien es tapar inseguridades tras unos cómodos posts y quejarse de que nada funciona.

Lo que no está bien es creer en la magia de que “algún día el algoritmo me descubrirá”.

Esta actitud crea emprendedores/as sin contactos, con proyectos carentes de valor, sin visión y con un enfoque cortoplacista.

Todo por evitar un NO en la cara, o por no querer encontrar gente que no muestre interés en tu idea.

Mejor “monitor escondite” y aquí no pasa nada, ¡siempre puedo echarle la culpa al algoritmo!

 

Las redes abren muchas puertas y son herramientas potentes, pero no son la respuesta a todo porque hay muchas otras cosas importantes.

Para mí, las principales son:

– El desarrollo de productos y servicios. Esto no se crea en una tarde, como los ebooks de 2014. Esto requiere de mucho análisis e ilusión. Y (¡oh, no!) hablar con mucha gente. ¿Poco apetecible? Pues a probar con los ads desde el primer día, sin tener nada que vender, ya verás qué “inversión”

– El desarrollo de un Modelo de Negocio. Y que sea sostenible, que no te quemes ni tú ni tus recursos en 5 minutos. Un Modelo que facture hoy y en el futuro también. Que no sea esclavo de modas ni de un único canal

– El desarrollo de tu marca y posicionamiento. Para esto hay que tener una visión desarrollada (con el tiempo y la intención). El pensamiento crítico y en anti-borreguismo es crucial en esta parte

Y la más importante de todas..

 

– Exponerse.

No me refiero a sacar tu cara en los vídeos. Me refiero a compartir tu proyecto con ilusión. A pedir feedback, a intercambiar ideas.

A tener una opinión sobre las cosas. A cuestionar y a tener criterio.

Hablo de navegar por espacios incómodos que te enseñan otros puntos de vista.

Y de tener conversaciones con gente de todo tipo, que se corra la voz de lo que haces.

De posicionarse con una forma de trabajar, con unos principios y unos valores claros.

Ser naturales, orgánicos, colaborativos.

Hablar de tu proyecto en la cola del súper y esperando el autobús.

¡De tener ilusión, joder!

 

Y luego ya, si quieres, mete en ads, dale bien al SEO, contrata gente que te ayude con contenidos o la estrategia que sea adecuada para lo que quieres vender.

Se supone que la gente que emprende es porque quiere mejorar su vida y el mundo (aunque sea un poquito)

Pero en ese parapeto digital, en el que nos escondemos de cualquier incomodidad, difícilmente vamos a conseguirlo.

Es el momento de atreverse a sobresalir.

 

 

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