En 2019, todo iba tan bien que dije: “ya está, por fin lo conseguí”.
Llevaba un tiempo en el que todo iba fluido.
Me pensaba que, como estaba llegando desde hace rato a todos los objetivos que me había propuesto, que ya estaba, que así sería siempre.
Que la tendencia del crecimiento, siempre iba a ser al alza.
Que no había otro escenario posible.
Que ya me podía relajar.
No estoy diciendo que no haya épocas en las que una se pueda relajar… que las hay.
Pero sí era un pensamiento basado en la creencia de que, el crecimiento es (o debe ser) lineal.
Esta idea de que el futuro siempre será mejor.
Spoiler: luego vino 2020 (y toda su movida). Y el 2021 peté por burnout.
Quizás, el futuro no necesariamente tiene que ser mejor. Sobre todo, si nos cerramos mucho y lo vemos todo con la lupa del corto plazo. Pero si damos un paso atrás, y vemos la foto completa, esta sería la diferencia:
La verdad es que yo buscaba crecimiento lineal, por eso no progresaba.
¿Ein? ¿Cómo? ¿Qué?
Cuando tus expectativas te boicotean
Crecer: ir hacia arriba
Progresar: ir hacia adelante
Al tener las expectativas puestas en crecer todo el tiempo, pierdes visión de conjunto. Para crecer sí o sí, todo el rato, hay que hacer una gran inversión, de tiempo, dinero, de energía y de recursos en general.
También puede hacerse pasando de tus valores, de metas y de principios que te habías propuesto mantener.
Quizás hoy no te importe, pero aguantar eso ilimitadamente, se acaba pagando.
En cambio, el camino para progresar, es buscar mejoras en muchos planos distintos, no solo en el económico. Y, sobre todo, mantener promesas y conseguir objetivos más intangibles.
Creas cambios importantes y tus decisiones tienen en cuenta el largo plazo, trabajas por una visión y aportan valor tanto a los clientes como a ti.
Por ejemplo:
Facturas más (creces) pero no cumples con promesas que le habías hecho a tu familia, o a tu equipo, o descuidas tu salud por ese motivo (no progresas)
vs
Te mantienes en facturación en este momento, o lo haces a otro ritmo (creces más despacio) y has contratado a una persona para liberarte y poder ir creciendo más a largo plazo. O has invertido en algo que te ayuda a ganar tiempo (progresas)
Para progresar, lo que tenemos que hacer es aprender a navegar con esos picos que bajan, no tratar de saltarlos.
Invertir en algunas cosas hoy, para sacar partido de ello más adelante.
Mejorar, pero sabiendo qué cosas no pueden negociarse.
Y, sobre todo, no sacrificar siempre el largo plazo por recompensas en el corto.
Sé que en un mundo donde gobierna la recompensa inmediata, parece algo difícil de cumplir. Especialmente si también tenemos una mentalidad rígida, en la que las cosas “tienen que ser de una determinada manera”
Pero esto va de sopesar.
Personalmente, prefiero tomarme 2 años para construir algo que disfrute y que de verdad me importe, en lugar de hacerlo en 3 meses y dejar mi salud por el camino (otra vez)