Hablemos de trabajar menos y ganar más

Vamos a tratar de explicar lo inexplicable.

¿Cómo es que en un mundo con el mayor desarrollo tecnológico de la historia, trabajamos cada vez más?

O, como poco, seguimos trabajando lo mismo… que es mucho.

 

Me voy a centrar, como siempre, en la situación de la gente que tenemos negocio propio o side projects.

Para todo lo demás (trabajos por cuenta ajena) puedes leerte este libro.

 

Hay varios puntos a mencionar, así que vamos al turrón:

  1. El bombardeo de opciones e información nos lleva a la dispersión (extrema) de energía. El resultado: tenemos productos creados con mucho esfuerzo acumulando polvo, o 300 carruseles en redes sociales publicados sin una intención clara, o buscando métricas efímeras como el número de likes
  2. No sabemos priorizar. Es una habilidad que está en desuso y, si estás por tu cuenta, ya no tienes un jefe que te establezca las prioridades en cada momento (por eso no sabemos usarla, porque siempre nos han dicho qué hay que hacer en cada momento). Si no filtramos bien, la influencia del ruido externo nos ocuparía la jornada completa 
  3. Nos gusta mantenernos ocupados/as. Eso es de persona importante, ¿no? 🙄 Da igual si usas el tiempo en tareas inútiles o de poco impacto, mientras estés picando piedra, te dices que “estás trabajando por tus sueños” y ya está. El mayor auto-engaño de la historia. El resultado: la auto-explotación 
  4. La falta de visión es un tema gordo. Seguimos un poco la corriente de “lo que hay que hacer”. Mi producto es parecido al de al lado. Mi post es “inspiración” de la mayoría de los que veo. No nos planteamos cómo veo yo las cosas, cómo las quiero contar y, mucho menos, por qué las hago. Como mucho, pensamos en tener más seguidores, o reconocimiento 
  5. Hay mucho interés en aborregarnos. Gente zombificada es mano de obra barata que no se queja. Son personas cansadas que, al cerrar su agenda desbordada solo quieren evadirse y “desconectar”. Cuanta más cantidad de tareas (sea que te las ponen o sea que le autoexplotas tú) mejor. Es una convicción que tenemos (respaldada por mensajes externos) que une con todo lo anterior

 

Menudo panorama, ¿eh?

 

Todo esto, en resumen, nos lleva a…

– Trabajar sin sentido
– Trabajar en los frentes equivocados
– Trabajar sin intención ni claridad en la dirección
– Trabajar de más, invirtiendo energía en actividades que, como nos nos llenan, nos acaban quemando y nos hacen abandonar

 

Da igual la tecnología, las herramientas, las automatizaciones… 

Si toda la base está mal, esta situación de trabajo desmedido, no cambia.

 

Ponemos el foco en… ¿la esperanza?

 

Ver que otras personas que están han pasado por un momento chungo de sacrificio y trabajo duro, y que finalmente han conseguido el éxito, “porque se lo merecen” nos da esperanza a salir de nuestra mediocre vida.

Es la meritocracia en estado puro.

El sueño americano.

Dar “el pelotazo”.

Es como echar la lotería con la esperanza de que tu vida mejore.

Como que tú estás ahí, te presentas cada semana a comprar tu boleto, pero esperas que la solución llegue externamente y por arte de magia.

Por azar.

Cuando, en el fondo sabes que tienes una probabilidad del 0,001% de ganar.

Esto es igual, es una especie de esperanza engañosa.

Un problema de productividad y falta de foco, es un problema emocional.

No es un problema de la mejor herramienta.

No te lo va a solucionar la tecnología.

 

Es un problema de que te has acostumbrado a “estar ocupado/a” y no sabes funcionar de otro modo.

Es un problema de que hay 1000 opciones y quieres las 1000.

Es un problema de que aprender a priorizar es responsabilizarse de todos los errores y fracasos que van a salir de tomar esa decisión.

Es un problema de que te acecha el síndrome del impostor porque no hay nadie diciéndote el paso a paso, como te han dicho toda la vida tus padres, profesores y, luego, tus jefes.

Es un problema de que quieres que salga todo perfecto a la primera, porque, o es aprobado, o es suspenso.

Es un problema de que es mucho más fácil tirar, y seguir picando piedra y comiendo caca (que ya sabes cómo va), que pararse a hacer la pregunta importante: todo esto, ¿para qué?

Esa inercia, en la que nos han metido, y de la que tenemos que ser conscientes para tomar medidas, es la que te hace trabajar de más… y no necesariamente ganar más.

Y, si no ganas más, es porque estás perdiendo el tiempo en cosas “de otros”.

En lo que te han dicho, en lo que es tendencia, o en lo que te va a dar resultados hoy.

Y, lo siento, pero la realidad es que todo eso es invertir tu tiempo y energía (es decir, lo más valioso que tienes) en el propósito de otras personas.

 

Que pasa por:

– Zombificarte
– Dispersarte
– Entretenerte

 

Yo estoy convencida de que, si lxs Emprendedorxs Change Makers rompiésemos con ese bucle, el mundo cambiaría a lo grande en pocos meses.

 

Vale, quiero romper con el bucle

 

Digamos que, para salir de la espiral y poder centrarte en lo realmente importante PARA TI y para la gente a la que quieres ayudar, hay 2 niveles:

 

🎯 Nivel estratégico: definir de forma clara a dónde vas y por qué

Aquí no tienes que hacer nada trascendental, ni dar con tu propósito, ni nada tan elevado.

Simplemente, es un tema de preguntarte cuál es la dirección a seguir.

 

Ejemplos de porqués:

Quiero contribuir a que cambie la educación en diseño

Quiero impactar a padres y madres sobre cómo educar con xx

Quiero ayudar al desarrollo personal de gente con TDA

 

Ejemplos de a dónde voy:

Voy a usar las redes para impactar con mi mensaje

Voy a crear servicios de asesoramiento

Voy a hacer formaciones de todo mi conocimiento

 

Unimos todo (el a dónde vas y por qué)

Voy a usar las redes para impactar con mi mensaje porque quiero contribuir a que cambie la educación en diseño

Voy a crear servicios de asesoramiento quiero impactar a padres y madres sobre cómo educar con xx

 

¿Se entiende?

Si ya hilamos fino, habría que ser si es una estrategia de crecimiento o de escalar… pero eso lo dejamos para otro FalconNews 🙂

 

🎯 Nivel táctico: definir acciones concretas

Esta es la parte por la que empieza todo el mundo, saltándose la anterior ⚠️

He de decir que, la anterior, se define más o menos, y luego se refina con el tiempo.

Tampoco hay que esperar a tener la vida entera clara antes de dar medio paso.

Eso también es perder el tiempo.

Es en esta parte táctica donde, cuando ya tengo clara la dirección (nivel estratégico) decido cuáles son los pasos en EN MI CASO me van a ayudar a avanzar en esa dirección.

El nivel estratégico no es tanto una meta como un hacia dónde.

El nivel táctico sí tiene sus metas.

 

Ejemplos:

Publicar x veces a la semana en Linkedin sobre X tema para captar gente interesada

Validar una oferta de un nuevo servicio para impactar en X perfil de cliente

Hacer una charla gratuita sobre X para validar interés sobre una posible formación

 

Esto sí son cosas con las que puedes ver resultados de si sí o si no en el corto plazo.

 

Problema que trae todo esto…

Que todos los hacks, el ruido, las 1000 opciones, perder el tiempo en tareas sin impacto, y la zombificación… entran en este nivel.

Es decir, si no tienes claro a dónde vas y para qué, puedes meterle 1000 horas a las “tácticas” que vas a dar vueltas en círculo tontamente.

Así que, cuidado con todo que viene a ser hacks, recetas universales, fórmulas, etc

(que, por cierto, todo gurú les llama estrategias y no lo son… son tácticas)

Cuando alineas estos 2 niveles, entonces, y solo entonces, es cuando mejoras, sistematizas, optimizas y (por fin) empiezas a trabajar menos y ganar más.

 

Me da mucha lástima ver, en mí día a día a tanta gente competente que se deja llevar por la corriente por tener el cerebro abrumado y por pensar que solo hay una forma de hacer las cosas.

Me da rabia que se haya normalizado echarnos (o auto-echarnos) carretas de tarea encima en nombre de la meritocracia, porque si tú puedes (y te desvives) puedes.

Me toca directamente que mucha gente nos hayamos quemado por el camino, hasta el punto de abandonarlo todo, por tantas promesas incumplidas, y por tantísimo trabajo carente de sentido.

Porque, supuestamente, todo lo anterior, es lo que es y es lo que hay.

 

Por eso, aunque sea incómodo, y aunque aún no tengas todas las respuestas, siéntate y ten una conversación honesta contigo, pregúntate para qué, en qué quieres crear impacto y cómo sí quieres hacer y cómo no.

No nos quemamos por trabajar mucho (que, a veces, también).

Nos quemamos por trabajar mucho tras objetivos que no son nuestros.

Por invertir tu energía en dogmas y en propósitos de otros.

Si vamos a crear una Nueva Era, no nos podemos permitir quemarnos.

Porque lo que sí hay que hacer es quemarlo todo y volver a construir.

 

 

Si quieres mantenerte al tanto de todas mis publicaciones apúntate a mi newsletter aquí

 

Deja un comentario