Hoy más que nunca, pensamos en el futuro y solo vemos incertidumbre.
Es algo que siempre ha estado ahí, pero por primera vez en la historia, tenemos integrado que “lo peor, siempre está por llegar”.
Que tiempos pasados siempre fueron mejores.
Que ya no hay música como la de antes.
Que qué poca creatividad en el cine, que todo son segundas partes y refritos de historias ya contadas.
Que los donuts ya no saben como los que vendía antes la Señora Mari Carmen, en la tienda de mi barrio.
Esta nostalgia, que la ha habido siempre, en cualquier época, está instalada en nuestro día a día con más fuerza que nunca, con un sentimiento de que no hay vuelta atrás, que todo siempre va a ir a peor.
Tras la oleada de crisis económicas, guerras en tiempos de paz o pandemias repentinas, vivimos con la angustia de que el fin del mundo, está cerca.
No nos fiamos.
Así que, con este panorama, somos carne de vendedores de remedios milagrosos.
La búsqueda desesperada por algún tipo de seguridad, está a la orden del día.
Y, ahí, es donde tienen el terreno abonado quien vende tiritas que curan enfermedades terminales.
Todo lo que sea rápido, fácil e indoloro, bienvenido sea, ¿no?
La liposucción tiene mayor valor percibido
Los remedios milagrosos se han estado ofreciendo desde tiempos inmemorables.
El crece-pelo o el aceite de serpiente para las articulaciones, no ha dejado de venderse nunca.
Alguien tiene un problema y quiere resolverlo cuanto antes.
Por eso es mucho más fácil de vender una liposucción** que la idea de mantener dieta sana y ejercicio de por vida.
**Por razones estéticas hablamos
Lo pones en la balanza y valoras: ¿es mejor meterse en una operación y quitarme la grasa de una, o pasarme la vida entera teniendo hábitos saludables?
En un mundo en el que el futuro solo arroja interrogantes, la respuesta está clara para mucha gente.
Con todo esto presente en nuestras decisiones del día a día, los vendedores de crece-pelo se frotan las manos.
Les interesa fomentar inseguridad.
Sí: interesa una sociedad insegura, llena de dudas y desasosiego por un tubo.
Peor aún: la gente que vende cosas útiles, creen que este tipo de fórmulas son las únicas que existen para vender.
La fórmula de la manipulación/venta de crece-pelo es esta:
- Dar vida a un sentimiento de inadecuación ➡️ “Cuando estudiabas, te prometían un futuro brillante lleno de libertad, reconocimiento y realización”
- Alimentar miedos y relacionarlos con una salida ➡️ “Emprende tu negocio, sino serás un loser con jefe. Por fin podrás demostrar por fin tu valía y conseguir ese éxito y status deseado”
- Idealizar todo lo que esa persona ha conseguido ➡️ “Mira, yo tengo un Lanborghini to guapo”
- Hacer ver que hay una solución nunca vista ➡️ “Yo tengo el secreto para que puedas tenerlo mismo”
- Reforzar miedos ➡️ “Si no escoges este camino, eliges seguir siendo un loser”
En realidad, es muy sencillo.
Yo no me he hecho un máster, simplemente pones varios tipos de discursos de este tipo uno al lado del otro y tooooodos tienen el mismo esquema.
En resumen: vender desde el miedo, es más rentable que nunca.
Pero todo tiene una consecuencia. Y, en este caso, me parece muy grave:
Estamos creando una sociedad que está a la defensiva, que evita, que cada vez se compromete menos con lo que le importa.
Una sociedad que no construye, sino que reacciona.
Tenemos miedo a todo, a envejecer, a que el hijo/a no tenga formaciones suficientes, a perder los ahorros, a no tener jubilación, a que no lleguen los clientes, a que mi jefe me pille manía y me eche.
Tenemos tanto miedo al futuro, que el presente es agotador.
Solo queremos o evadirnos y no pensar demasiado, o que venga alguien y me quite un poco de inestabilidad, o del dolor que me produce sentirla.
Desde esa inseguridad, la gente entra en redes y solo ven sus miedos reforzados y amplificados. Así que lo único que hacemos es agarrarnos a lo poco que hay, y a lo que parezca menos desolador.
Cualquier clavo ardiendo será bueno para acampar.
Cualquier promesa sobre mitigar el estrés que me produce pensar en el futuro, es bienvenida.
Como decía arriba en el título: el miedo se ha comido al deseo.
Eso nos pone el foco en evitar que pase algo, en lugar de en mejorar algo.
¿Todo está perdido? Quiero pensar que no
Sí, hay una fórmula para la manipulación, pero yo creo que hay una para la comunicación.
Las 2 sirven para vender lo que haces (seas una marca personal en búsqueda de oportunidades, o tengas un negocio que vende servicios).
Solo que una a mí me parece menos ética que la otra.
Más que una fórmula (que no soy muy partidaria yo de ellas) son unos ingredientes que pueden usarse dentro de un marco de pensamiento concreto: el de la construcción.
La lente de contribuir y comprometernos a aportar valor como profesionales, para mí, es una de las piezas que nos salvará del nihilismo y del declive.
Los ingredientes son:
- Transmitir un mensaje que conecte con unos valores profundos ➡️ “Yo creo que, desde siempre, nos enseñan unos cánones de belleza que nos esclavizan”
- Dar poder a la persona ➡️ “Tú puedes cambiar tu lente, y verte bien a ti misma/o, sin tener que cumplir con ninguna estética pre-establecida”
- Proyectarles al punto B, el escenario ideal (seguimos con enfoque constructivo) ➡️“Mantenerse saludable, consigue que tengas vitalidad en tu día a día, y que generes endorfinas y otros neurotransmisores que producen bienestar”
- La solución es esta (de forma clara, no hay “secretos”) ➡️“Puede ser retador a veces, pero sentirse bien pasa por mantener hábitos saludables como el descanso, la alimentación y el ejercicio regular”
- Tendemos la mano ➡️ “Como es un camino de muchos cambios, tienes mi apoyo para crear un plan de cambio de hábitos que consiste en.…”
Estos son los discursos que me gustaría empezar a ver, cada cual, con el suyo.
Porque eso querrá decir que, detrás de esa persona, proyecto, o negocio, hay valor, hay una visión y hay transparencia.
La misma que indica que las intenciones son de querer construir una Nueva Era, algo mejor.
Sé que nos llevará tiempo, pero también sé que los grandes cambios se hacen cuando nos vamos juntando unos cuantos, poco a poco, y vamos empujando desde la acción, no desde el bombo y el platillo.
No desde el ruido.
Y, también sé, que la Nueva Era que tenemos que construir, se hace desde los cambios silenciosos, hasta que llega un día que escucharte a ti, y a todas las personas que estén aportando e impactando positivamente, sea inevitable.
Querrá decir que el cambio del miedo, a la construcción, estará hecho.
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