No sentirse suficiente tiene sus ventajas

Hay mucha gente siente que no ES suficiente o que no HACE lo suficiente.

A los 2 perfiles, los agrupo en que no se SIENTEN suficientes, porque para el caso que voy a tratar, es lo mismo.

De toda esa gente que no se SIENTE suficiente, a su vez, hay 2 perfiles:

 

➡️ Al primer perfil, lo vamos a llamar “Cheetos y Teletienda”

Es alguien que, efectivamente, no se siente suficiente, pero no va a hacer nada al respecto. Solamente buscar mecanismos de evasión, llamémosles Cheetos, Teletienda, Netflix en bucle o fiestas encadenadas regadas de brebajes espirituosos.

No se sienten suficientes, pero mejor no pensarlo demasiado.

O nunca.

No me voy a extender mucho más en este perfil, porque ni tú ni yo pertenecemos a él.

 

➡️  Así que pasemos al segundo perfil, que es el que nos interesa.

Y este… este sí que se mueve.

Demasiado diría yo.

También busca tapar esa emoción chunga de no sentirse suficiente, pero en lugar de evadirse como el otro, se mantiene extremadamente ocupado.

Porque, sí, el movimiento también es una forma de tapar.

Es alguien que tiene esta tendencia de ver qué es lo se cuece ahí fuera, la última moda, lo que dicen los “expertos”, los influencers, lo que se comenta en el curso de whatever leadership que está haciendo y en los últimos estudios de la Universidad de Massachusests.

No vengo a decir yo que tener información y buscar siempre a la última, sea algo malo. 

Faltaría más.

Lo que sí me parece es desde la actitud que se hace.

Porque, como siempre me pasa, lo que no me gusta de esto es estar con el foco puesto todo el rato hacia afuera, esperando a que te digan qué es lo que tienes que hacer.

 

¿Zumos verdes? Para allá que voy.

¿Facebook Ads? Got it

¿Levantarse a las 5 de la mañana? Como no.

 

Llega un punto en el que, la información deja de darte herramientas para, más bien, quitarte libertad. La gente deja de pensar por sí misma, como si fuésemos seres desvalidos.

Abandonamos nuestra responsabilidad para dársela a otras personas.

Que otros/as decidan por ti.

Es mucho más cómodo, eso no lo voy a negar.

 

Por eso, siempre me ha parecido curiosísimo cuando alguien dice…

“¡Yo no quiero volver a tener jefe! ¡Voy a emprender!”

 

…Y lo primero que hace no es buscarse ayuda, tipo una guía, alguien que le ayude a pensar, a desarrollar sus habilidades de emprendedor/a y sus ideas… no no: se busca alguien que le den la fórmula del paso a paso de lo que tienen que hacer, para no pensar demasiado e ir directamente al “éxito”.

Y eso… ¿no es como tener un jefe?

(Psst, psst, por cierto, eso de guía, ayudar a pensar, trabajo en conjunto y toma de decisiones para emprendedores, es lo que hago yo en mi Mentoría De CEO a 100, guiño, guiño)

Es el germen de no sentirse suficiente lo que está detrás de toda esta movida.

Por eso mucha gente no se atreve a emprender, o emprende a medio gas. Porque necesitan ese alguien que les diga qué hay que hacer en cada momento.

Porque, por sí mismos/as, no es que no sepan (siempre se puede aprender) sino que sienten que no van a llegar porque “les falta algo”.

 

Entonces, en este punto… ¿Qué hacemos?

 

Este es el hilo del razonamiento:

  1. Yo no me siento suficiente para enfrentar esto
  2. Pero es que me gustaría tener un negocio de éxito, de esos que veo en Instagram
  3. Pero no me siento suficiente, soy una loser
  4. Voy a buscar ahí fuera qué tengo que hacer
  5. Listo, ya tengo el curso de los 7 pasos, y me he visto 438 vídeos de Youtube con 438 modas
  6. Voy a hacer cada una de ellas, sumado a la ducha en agua fría y a levantarme a las 5h
  7. Lo odio todo, pero eso va a llevarme al éxito
  8. Uf, no puedo más, pero aunque sean las 22h, voy a ir al gym y me voy a escuchar 12 podcast
  9. No puedo más, y no tengo los resultados que quería. ¿Ves? No soy suficiente…

 

Este ejemplo tonto, pero a quien más y quien menos le ha pasado.

Quitando las duchas, las 5 a.m. y el curso de los 7 pasos, yo he estado ahí punto por punto.

Nos llenamos la agenda de cosas que supuestamente hay que hacer, volcando en el exterior el poder de decidir qué meter en ella.

Tapando.

Pero nunca basta.

Siempre son pocas horas de trabajo, pocas clases de spinning y pocas duchas de agua fría.

Nunca es suficiente porque no te sientes suficiente.

La agenda solo tapa esa sensación incómoda.

Y esa es la ventaja.

Haces muchas cosas, estás en movimiento constante, pero nada de lo que haces, en el fondo, tiene sentido para ti.

Porque no lo has decidido tú. No eres libre.

Es solo un falso empoderamiento disfrazado de libertad.

Eres tú tratando de demostrarle al mundo exterior… ¡que tú puedes!

Eres tú tratando de tapar que realmente piensas que no, que no puedes.

 

Como salir del bucle sin caer en los Cheetos

 

Hay una fina línea entre no sentirse suficiente y querer mejorar.

Personalmente, un puntito sano de inconformismo me parece positivo. Porque te hace buscar la forma de crecer con humildad, de activar tu curiosidad y de mantenerte en movimiento (del bueno)

Te lleva a evolucionar.

Si alguien se conforma y ya está, no hay nada que mejorar. 

Es el otro extremo: si todo es suficiente, se acabó, todo listo.

 

No tienes que aprender nada, sería el típico camino de

estudiar derecho – despacho de tus padres – jubilación – caja de pino

 

En todo lo que te contaba arriba, no sentirse suficiente, se usa como motor.

Ahí lo que te mueve, es tapar. O demostrar fuera.

Lo usas como herramienta, digamos, a tu favor para “compensarte”.

Para un día, poder decir: 

“Después de todo este sacrificio, lo conseguí”

Como si te fuesen a dar una medalla al final. Cuando, en realidad, si te sientes tan mal todo el tiempo, te sacrificas tanto, y tienes constante sentimiento de insuficiencia… ¿Dónde está el éxito de eso? ¿Eso es bonito de vivir?

En lugar de buscar fuera, y de usarlo como excusa para no tomar responsabilidad, yo tengo otra propuesta.

Un cambio de motor.

 

Te cambio el moverte para tapar la (supuesta) insuficiencia y conseguir el éxito (externo)…

… por un motor que sea algo así:

Hay muchas cosas que puedo mejorar de mí, no soy perfecto/a y tengo mucho por aprender. Y ese aprendizaje, esas ganas de ser mejor, y mi curiosidad por empaparme de nuevas cosas para construir algo que pueda aportar y que valga la pena. Lo hago con la humildad de quien tiene mucho que aprender, pero con la responsabilidad de que voy a probar cosas por mí mismo/a, a ver qué me voy encontrando en este reto.

 

No quiero ponerme trascendental, pero es que todo esto afecta profundamente a las decisiones estúpidas que se toman cada día en una empresa.

CADA-DÍA.

Decisiones sin sentido, porque está de moda, porque un “experto” lo dice, porque abro este melón, porque parece que vender Cheetos sale muy rentable…

Sal de ahí, YA.

Qué bueno es sentirse suficiente, en el sentido de que tienes lo que tienes, pero te mueve esa curiosidad inherente a los seres humanos, que esta sociedad se ha encargado de quitarnos a base de adormecernos.

No hay que demostrar nada.

En realidad, nunca has tenido por qué hacerlo.

Así que monta la empresa, el proyecto y la vida que te dé la real gana.

 

Si quieres mantenerte al tanto de todas mis publicaciones apúntate a mi newsletter aquí

 

Deja un comentario