Tenemos esta tendencia de engrandecer historias de gente que “ha seguido sus sueños”.
Suena épico, tiene cierto romanticismo… pero si lo pensamos bien, puede ser un poco engañoso.
Porque nos quedamos con la llegada a la meta, pero no con todas las fases anteriores.
Solo se valora el final de la película: la persona que lo logró, que llegó a la meta, que “lo consiguió”.
Lo que no vemos son las escenas que no se metieron en el largometraje: los intentos fallidos, las noches de dudas, los proyectos descartados y los tropiezos que forman parte del proceso real.
Sin embargo, ¿cuántas veces hemos escuchado el mantra de “sigue tus sueños” en plan cuento de hadas?
Lo vemos en discursos motivacionales, en campañas de publicidad y en posts que se comparten sin parar en redes.
Pensamos que esa gente está tocada por la inspiración divina, que tienen la suerte de tener una voz en la cabeza que las guía.
Que un buen día dan el pelotazo, y a vivir.
Que eso les sale natural, que es fortuito.
Que, quizás, nacieron con esa inspiración.
Muchas veces, que alguien haya llegado a un lugar que deseaba, responde a muchas variables y muy concretas que se estaban dando.
Muchas veces, incluso desde el privilegio.
De estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, con la persona adecuada.
Pero, muchas otras veces, no es casualidad, ni es inspiración divina, ni es un momento único de lucidez.
Es un proceso de muchos días, meses, o años de trabajo estructurado, foco y decisiones, en los que la inspiración puede aparecer (o no).
Pero parece que buscar una estructura o rutina donde pueda crearse a largo plazo algo interesante, le quita épica y romanticismo.
A lo que voy es que esperar a un momento de lucidez, o la inspiración divina para “seguir tus sueños”, no es fiable.
Esperar para dar un pelotazo, mucho menos.
Tampoco lo es ponerse por objetivo un ideal difuso llamado “sueño”.
Lo engañoso de todo esto, como es habitual, es centrarse en el resultado (el sueño cumplido) y no en el proceso, en el día a día.
La propuesta: construir un marco vital
Veo una clara diferencia entre seguir tus sueños como algo lejano y abstracto y la alternativa de construir un camino de forma consciente.
Ladrillo a ladrillo.
Dentro de esa última opción, para mí, entra la idea de construir un Marco Vital que sea coherente conmigo y esté alineado a mis valores.
Ese marco, creo que debe ser propio, que cada persona debe plantearse cómo le gustaría que fuese un miércoles cualquiera.
Es algo con lo que defines el estilo de vida que quieres tener.
De esta forma, no te centras en conseguir “el sueño” sea como sea, sino que construyes un día a día en el que sientes esa realización personal.
De alguna manera, sientes que estás en un camino escogido por ti.
Llegue “el sueño”, no llegue, o llegue algo mejor.
Sino, harías algo que daña tu marca personal mucho: pensar que no tienes nada que decir porque “no has llegado a ese sueño”.
Cuando sí tienes mucho que decir, porque “estás en un proceso de construcción, aprendizaje y estás ayudando a otras personas también”
En mi caso, ese marco vital lleva por bandera preservar mi libertad creativa.
Al menos gran parte de ella.
Hacer mis investigaciones, plantearme retos y crear mis proyectos.
Esto es muy propio de las personas multipotenciales, que necesitamos esa parcela grande de exploración de intereses propios.
Aquí van algunas premisas que sigo a diario, para crear (y mantener) ese marco vital.
Se trata de cultivar 3 espacios:
➡️ Espacio mental
Empiezo por el difícil, que es tener espacio disponible en la cabeciña para poder pensar.
Parece tonto, pero es fundamental, porque si dedicamos mucha energía a temas de lo más variado y, aun encima, no recuperamos, es que literalmente no tenemos hueco para pensar con claridad en nada.
Es una sensación de estar permanentemente abrumado/a que te imposibilita hacer cualquier cosa.
➡️ Espacio en la agenda
Para que nuevas cosas entren, hay que hacer sitio, así que viejas cosas deben irse.
No hablo de tener una organización de 10 (esto, es otra cosa) sino que, de la misma forma que el número de horas del día es finito, el número de cosas que podemos hacer, también lo es.
Puede ser frustrante, pero por más que nos forcemos a meter nuevas cosas en la ecuación, debería ser cosa que entra por cosa que sale.
Como los jerséis en el armario.
➡️ Espacio físico
Al igual que la agenda, el espacio donde trabajas es un reflejo de tu caos mental. Tenerlo ordenado, con todo lo necesario a mano, pero sin llenarlo de cosas innecesarias, está unido con la claridad mental.
En mi caso personal, además, sé que me viene mucho mejor (porque fluyo más y voy más rápido) trabajar en papel muchas cosas, antes de pasarlo a digital.
Por ejemplo, los post de redes, o este mismo newsletter, normalmente siempre desarrollo sus partes en un cuaderno antes. Para cuando lo digitalizo ya es para acabar de desarrollarlo y dejarlo listo para publicar.
Estos 3 espacios me permiten crear mis experimentos, compartir aprendizajes con la gente y, por supuesto, ayudarles mejor porque yo también hago mejor mi trabajo.
El mito de “seguir tus sueños”, que te centra en el resultado, te pone a esperar a esa inspiración divina mientras tiras con “empeño borrico” pero sin estructura y, mucho menos, disfrute.
Es tirar y tirar.
Porque “el sueño vale la pena”.
Mientras, te sientes muy loser, porque no has conseguido “nada”, solo partirte los cuernos.
Y, sin la épica, ¿qué tienes que contar?
El daño que hace este relato en tu marca personal, está claro: crees que, como no has conseguido “tu sueño” no tienes potestad para estar ahí fuera hablando de nada.
Que, como mucho, si quieres hablar, tiene que ser como que parezca que sí llegaste.
Ponerte una careta y tirar.
Y eso es lo que me chirría y lo que creo que hace flaco favor a cualquier Marca Personal.
Es de las cosas que hace que sean de mentira y que la gente no encuentre nada de valor ni de conexión en muchas de ellas.
Es una pena, porque sí creo que muchas personas serían muy interesantes y sus contenidos muy valiosos si no se dejasen llevar por este mecanismo.
¿Qué tal si creamos ese Marco Vital y nos centramos en aprender y ayudar HOY?
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