Fue en una llamada de zoom con una multinacional, hace ya algunos meses.
Estaba hablando con una persona que me ofrecía participar en un proyecto que no me entusiasmaba en absoluto.
De entrada, sonaba interesante, pero solo tuve que hacer un par de preguntas para darme cuenta de algo que pasa a menudo: bastante fachada de cartón piedra.
Si alguna vez te has dedicado a la consultoría en el mundo corporate, sabes de lo que hablo.
Sino, imagina que es como el greenwashing (esas empresas que fingen que se preocupan mucho por el medioambiente, pero no) solo que, en este caso, era design washing (gente que finge que se preocupa mucho por la innovación, pero no)
¿Cuál era el quid de la cuestión?
Que esta proposición traía con ella una cifra económica MUY jugosa. Y, en realidad, solo serían un par de meses de trabajo.
Mucho trabajo, sí, pero en 2 meses cobraría mi factura, y hasta luego maricarmen.
Suena bien, ¿no?
Respiré hondo y le dije a la persona que tenía delante, que gracias, pero no gracias.
Por qué alguien en su sano juicio rechazaría esto
Soy de la opinión de que,
Si en algún momento no pierdes dinero por cumplir con tus valores, no son valores. Es marketing. Compartir en XEs algo que has escrito en alguna parte y queda bonito, pero es tan irreal como las intenciones de mejorar el mundo de la empresa anterior.
Claro, ser fiel a tus valores cuando todo va bien y puedes elegir, es muy fácil. Decides desde una posición de privilegio en la que, yo misma, he estado muchas veces.
Pero los valores y los principios, se demuestran de verdad cuando no todo funciona.
O, incluso, cuando estás dentro del pozo de la mierda absoluta.
En aquel momento, yo estaba volviendo de mi parón por el Burnout y me estaba costando volver a mis objetivos de facturación.
Pero elegí no entrar.
No digo que ese proyecto fuese “malo”, seguramente a otra persona le irá bien con él. Simplemente, no encajaba con lo que quiero hacer ahora, con donde quiero contribuir y aportar valor.
Ahora, quiero hacer las cosas de otra manera, estoy creando mi Nueva Era.
Esto quiere decir que, si yo quiero hacer las cosas diferente, pues hay temas que tienen que cambiar.
En otro momento, ni me lo hubiese pensado, a pesar del estrés y de la poca motivación.
Pero, si busco construir otras cosas, tengo que dejar hueco para ello. Si relleno el tiempo con “lo que no toca”, ese espacio de tiempo (y espacio mental) nunca va a suceder.
Rechazar ese proyecto, me dio la oportunidad de hacer crecer De CEO a 100 como nunca antes me había imaginado y consolidar Emprendedores Change Makers.
Cierto es que no he ganado tanto dinero (aunque me he quedado cerca) pero he ganado en tranquilidad, realización profesional y personal y en confianza, porque he cumplido con las promesas que me había hecho a mí misma de ser fiel a mis valores y a una forma humana de hacer negocios.
¿Que hay momentos en los que, aún así, tiene que entrar dinero y te metes en cosas que… ñe?
Correcto.
Simplemente, intentemos que sea algo temporal, y que tengas claro el objetivo. FIN.
Pero tratemos de que sea lo mínimo, no la norma.
Algunos consejos para “saber decir que no”
1️⃣ Hay todo un trabajo de tener claridad en la visión de lo que quieres conseguir y cómo quieres que sea tu negocio. También, como NO quieres que sea. A mí me ayuda mucho el jourmaling, escribo muchísimo sobre mi visión (toooodas las mañanas, es lo primero que hago). Pero quizás a ti te encaje mejor grabarte audios o tener conversaciones con gente. Lo que sea, pero trabajar el tu visión y tu por qué es la casilla de salida
2️⃣ En base a esa visión, ya puedes concretar tus valores. Estos están muy condicionados justo por lo anterior, qué tipo de negocio quieres y qué quieres aportar ahí fuera. Cómo quieres hacerlo. En mi caso, por ponerte un ejemplo, antes la salud no estaba como uno de ellos pero, desde que peté, mi miedo de volver a pasar por aquello es tal, que lo tengo bien presente para elegir lo que sí y lo que no
3️⃣ Al principio, es mejor decir que no a cosas que sabes que no son para ti. Clientes que no te encajan, por ejemplo. No les pases ni presupuesto, si no lo ves claro, diles directamente que no ves un encaje y no pierdas (perdáis) más el tiempo. Otras veces, les darías largas, o les harías ghosting, pero esta parte es importante para sentir en tus carnes lo que es decir que no… pero en nivel 1 de dificultad
4️⃣ Di que no a cosas que son súper interesantes, pero que te desvían de tus objetivos. Esto ya es un punto más difícil, cuando hay propuestas, o alianzas que molan, pero que te quitarían mucho tiempo y foco de lo que te has comprometido a hacer en el punto 1. Hay excepciones en este caso, sobre oportunidades únicas que no se pueden rechazar… pero esas son poquísimas. También tienes que vivir esto en tus carnes para experimentar qué es lo que pasa (spoiler: la mayoría de las veces, no pasa NADA)
5️⃣ La prueba de fuego: decir que no a clientes/proyectos interesantes, y que son recurrentes. Esa estabilidad (ilusoria a veces) es la más complicada de rechazar, sobre todo cuando ya te has hecho al trabajo y, peor, si te gusta. Este es el salto de fe, la apuesta por tu visión y donde se afianza tu Nueva Era
No es que haya que pasar por todos los niveles, quizás tú tengas que pararte en el 4 y ya. Yo he pasado por todos en menos de un año, porque me he puesto a prueba a mí misma al 100%.
También cabe destacar que la vida no es lineal, y no siempre se puede rechazar todo, que quizás haya momentos que sí se puede, y otros que no… por eso hacer las cosas con conciencia se vuelve más importante que nunca.
Conclusión: no se puede esperar a que te llegue la confianza de repente para dar el paso de rechazar algo jugoso, que sabes que no te conviene. Eso no va a pasar. Es como esperar a que te venga la motivación para empezar a comer saludable.
Hay que meterse poco a poco en la piscina, y sentirlo en carnes propias. Ver que no pasa nada, que sobrevives. Que acabas llegando soluciones, y buscándote la vida.
Construir una Nueva Era y apostar por tu visión, es un paso motivador pero también de ponerse a prueba y de hacerse muchas preguntas clave.
Pero cuando aprendes a estar cómodo/a en lo incómodo… te vuelves invencible.
No es procrastinación, es falta de claridad y estrategia
No te líes: para tener un negocio próspero, hace falta tener un servicio o producto valioso y atractivo y gente que te lo compre. Y ya. El problema está cuando tú no tienes claridad ni estrategia en lo que vendes (y cómo).
Lo que necesitarías en ese caso es hacer un análisis de cliente profundo (y real, no inventando las supuestas necesidades), crear una oferta estratégica, y validarla en el mercado. Básicamente crear las piezas de un Modelo de Negocio sostenible en el tiempo (no queremos pan para hoy y hambre para mañana)
Pero si tienes valores, ganas e intención de ayudar a la gente… ole tú, porque tenemos parte del camino hecho.
Así que vamos a celebrar que De CEO a 100 abre sus puertas para recibir candidaturas. Si estás en ese momento de crear algo diferente, para crecer por fin… Hablemos y veamos si estás en el punto de aprovecharlo al máximo.
Tu Nueva Era nunca había estado tan cerca.