Soy una persona extremadamente dispersa.
Quizás no lo parece, pero eso es porque no vives dentro de mi cabeza.
Desde fuera, se ve que me propongo cosas, y las hago, cumplo con mis objetivos.
Pero acomodado entre mis débiles neuronas, vive mi propio Mono Dispersor, que siempre trata de abrir melones y marear la perdiz.
Intenta convencerme de que “eso no, mejor esto otro”, para luego decirme “que lo otro no, que mejor aquello”.
Él y su verborrea seductora…
El caso es que, aunque el Mono vive ahí y no tiene mucha pinta de que vaya a mudarse, no permito bajo ningún concepto que me frene.
Porque si me convence de que me pare, para analizar los 37.000 melones posibles que puedo abrir… se me pasa la vida.
Te lo digo.
Se pierden años con el freno echado. Literalmente.
Y ahí, da igual que busques tutoriales con herramientas para organizarse, tips de productividad o que te descargues 20 plantillas de Notion.
Si tu cabeza es un caos, el cerebro gripa y se paraliza.
Es un hecho.
La cuestión no es buscar herramientas para ejecutar mejor.
Porque lo difícil no es eso, sino tener claridad primero sobre qué quiero hacer, cómo y, sobre todo, por qué.
¿Hacia dónde apunta tu antena?
La semana pasada, salió la primera edición de Mentalidad de aCEO y arrancó con 30 personas que se unieron para cuestionar el status quo y desarrollarse profesionalmente desde ahí.
La verdad es que, es una primera edición con plazas limitadas porque, sinceramente, es un experimento.
Y, como experimento, yo tengo varias hipótesis que constatar, y muchas partes que construir aún.
La semilla nació en noviembre, es decir, hace 4 meses escasos, y ya es una realidad.
No parece propio de una persona dispersa, ¿verdad?
Y, curiosamente, el feedback más repetido de todos, está siendo “me gusta ver cómo vas construyendo todo en riguroso directo”.
Interesante…
Como te decía al principio, soy una persona muy dispersa, a la que le nacen 300 ideas por minuto.
Y, aun con esas, si consigo sacar las cosas adelante y mantener al Mono Dispersor a raya, es por 2 motivos principales: porque primero me siento con el caos y, luego, salgo de mi cabeza.
Te cuento…
Lo habitual, es que la gente tenga su antena apuntando hacia afuera, en búsqueda permanente de que alguien me diga cuál es la mejor forma de hacer un podcast, cuál es la mejor técnica para crecer en Youtube, o los pasos concretos para tener un negocio de 7 cifras.
Lo que sea, menos poner la antena apuntando hacia tus propias ideas.
¿Por qué? Porque en tu maraña de ideas, solo hay caos, y es algo que no puedes soportar.
Te abrumas, así que redireccionas la antena de nuevo hacia afuera.
No me entiendas mal, me parece genial estudiar, investigar y valorar posibles formas de hacer las cosas, pero si la antena no entra en contacto con tus ideas en algún momento, siempre va a estar sintonizando con las que hay fuera.
Las cuales, por cierto, no necesariamente son las mejores para ti.
Este, es el germen de los refritos y las copias de copias que estamos viviendo a día de hoy.
Pero, a mi modo de ver, hay una forma de tener la antena bien sintonizada la mayor parte del tiempo.
Lo cual, no quiere decir que sea cómodo.
Cómo buscar la frecuencia correcta
Digamos que el paso 0 antes de meterse en un proyecto, o nueva aventura en general, nace de cuando alguien sigue su curiosidad más genuina.
Como que, para que funcione, tiene que nacer de forma real.
En esta primera indagación, hay de todo, menos claridad.
Quizás algunas pistas sobre por dónde tirar, pero muchas ideas y nada concreto.
Incluso si te formas en ese tema concreto, puede ser incluso más contraproducente, porque de entrada, por ejemplo, te llamó la atención el cuidado de los bonsáis pero ahora, aún encima, sabes que tiene mucha ciencia, muchas posibilidades y que te queda otro tanto por aprender.
Este es el caldo de cultivo de la parálisis por análisis.
Ya tienes todos los ingredientes: multitud de ideas, poca claridad e inseguridad a saco.
Pones antena hacia afuera y chau chau.
¿Cómo se sale del bucle, evitando años de parálisis?
Yo he identificado 2 fases:
– En la fase de ideación, que es cuando te abrumas y haces lo que sea por que alguien te diga qué hacer y tu antena busca en el exterior, la única solución que conozco es sentarte con tu caos.
Sí, lo sé, es muy incómodo.
Poner el móvil en modo avión, coger papel y boli y empezar a “dibujar” posibilidades en ese barullo de temas no es lo más apetecible.
En seguida llega el reflejo de echar la mano al móvil, de rebajar esa ansiedad de alguna forma, o de pensar en cualquier otra cosa.
La clave es… sostenerte ahí. Aguantar esa incomodidad. No huir, no evitar.
Solo tú y tu caos.
Además que no es cosa de una tarde. Esto es un hábito en sí.
Es cosa de muchos días sosteniéndose en esa incomodidad de explorar ideas, de escribir mucho para ir desenmarañando y de asumir que faltan muchas respuestas.
Aguantar ahí sin que nadie te señale cuál es la forma perfecta de tu nuevo proyecto, sino que el objetivo es que la encuentres tú.
Puedes investigar, puedes buscar guía, pero que la última palabra la tenga tu propio criterio.
Sostén el caos.
– Luego, va la fase de ejecución, en la que ya, toca salirse de la cabeza. No te puedes quedar a vivir en la fase 1.
Muchas personas nos sentimos TAAAN cómodas en la parte de las ideas, da tanto calorcito esa zona, que nos quedamos a vivir ahí, revolviendo sobre lo mismo una y otra vez.
Mi aproximación a esto es que, cuando lo tengas un 50% definido, acciona la movida.
Sí, ya sé que con solo la mitad de la silueta faltan muchas cosas, pero todo eso se resolverá cuando por fin montes un primer experimento que te permita darle forma al otro 50% en la práctica.
Fíjate en esto: si el centrifugado cerebral que tienes en tu cabeza es precisamente lo que te paraliza… no vas a encontrar la solución prolongando el programa de aclarado.
Toca salir de la cabeza.
De nuevo… toca sostener esa incomodidad de hacer las cosas sin tener mucha idea ni mucho control sobre los siguientes pasos.
Aguanta ahí.
Esto tampoco quiere decir que haya que hacer cosas a lo loco, porque mucha gente también se entretiene “lanzando cosas al tun tun” porque no ha aguantado en la fase 1 delante de su caos.
Hagamos las cosas con intención, ante todo.
El resumen es:
Enfréntate a tu caos y trabaja en él durante tiempo suficiente…
…para luego salir de tu cabeza y encontrar el resto de respuestas en la experiencia de la práctica.
Esa es mi estrategia anti-dispersión.
Mi forma de crear plátanos que entretengan al Mono.
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