¿Y si todo fuera más fácil de lo que piensas?

Siempre que hago una formación, aprendo casi más en las conversaciones improvisadas, que en la propia clase.

Hace bastantes años, en un descanso (café mediante), hablando con un compi, me contaba de que la semana anterior había estado en un concierto en USA y que, la siguiente, se iba a escalar a nosédónde.

Maravillada por su cantidad de planes y actividades variadas, le dije me encantaría ir a USA también, a una zona muy concreta.

Él me dijo: ¿qué te lo impide?

La verdad es que me quedé en blanco porque, en ese momento, podría sacarle un listado de excusas cliché, pasando por que tenía mucho trabajo, no era el momento, que estaba invirtiendo en otras cosas… blablabla.

Pero, siendo honesta, en este momento, no me venía a la cabeza un motivo real que me impidiese hacer ese viaje.

Era una cuestión de querer hacerlo y organizarse.

El problema es que tendemos a complicarnos.

En la vida y en los negocios.

 

¿Qué te lo impide?

 

Hoy es mi cumpleaños, y es un día que SIEMPRE me he pillado libre y mis actividades son puramente contemplativas.

Lo aprovecho para revisar en qué cosas he crecido últimamente y qué logros han ido llegando.

Curiosamente, este año me he dado cuenta de algo:

que los grandes logros de mi vida, no han llegado tras pasar por un camino tortuoso, sino que las conseguí porque fui directamente a por ellas.

Todo el mundo tiene en su vida pequeños logros, grandes, y objetivos pendientes por conquistar.

No sé tú pero, en mi caso, mirando hacia atrás, las grandes las tenía más cerca de lo que pensaba en un principio.

Y esto no se debe a que yo tenía unos contactos increíbles, o un business angel.

Esto se debe a que, cuando tú quieres ir a un sitio desconocido, que te parece lejano, piensas que tienes que dar 37 pasos para llegar o, incluso, para siquiera empezar el camino.

Te pones unos problemas para ir, que solo están en tu cabeza.

 

En 2017, me propuse captar clientes de gran empresa y dar formaciones en buenas universidades.

Para mí (desde mi desconocimiento) era algo que estaba fuerísima de mi alcance, porque no estaba dentro de esos círculos en aquel entonces.

En aquel momento, pude haberme puesto 10000 obstáculos a mí misma: que necesitaba una formación más, que primero tenía que tener una web perfecta, que necesitaba un poco más de experiencia…

… pude haberme convencido de que tenía que hacer 300 cosas antes de siquiera “atreverme” a hacer proyectos de ese tipo.

Tenía claro qué me gustaría hacer, pero no daba el paso, así que me hice la sencilla pregunta de… ¿qué te lo impide?

En serio, de verdad. ¿Cuáles son los problemas reales y cuáles los inventados?

¿Por qué no ir por la vía más directa hacia lo que quieres y, luego, ve cuáles son los problemas REALES que aparecen en el camino?

Una vez más, es querer ir con preparación extrema, que creemos que nos dará una supuesta seguridad y control. Que nos convencerá que merecemos estar en ese lugar.

Un lugar que, por cierto, muchas veces, idealizamos. Pero eso lo dejamos para otro FalconNews…

Así que, como nada me lo impedía realmente, empecé a contactar con gente a cascoporro, explicándoles con convicción, pero con humildad, dónde creía que yo les podía aportar en sus empresas y universidades.

Porque nada me lo impedía.

Porque me salté toda la fase de problemas imaginarios.

Porque no me metí a dar “pasos previos” innecesarios.

Así que unos cuantos clics, mails de ida y vuelta y algunas conversaciones, a los 3 meses ya estaba metida en un proyecto con una gran consultora, tenía cerrado un proyecto con un banco y estaba dando clase en 3 escuelas de lo más top de España.

No tenía una web para eso, mis redes eran una pena y no conocía a nadie.

Pero ser honesta conmigo misma, me había hecho darme cuenta de que nada de eso me impedía ir a por lo que quería en aquel momento.

Ese objetivo que parecía tan lejano, para el que yo suponía que iba a tener que dar esos 37 pasos… en verdad estaba solo a un par de ellos de distancia.

 

Cómo sería tu vida si no te la complicases

 

Después de aquella conversación de pasillo, tardé solo un año y pico en ir a USA.

Lo dicho, solo era cuestión de querer y organizarse.

Ahora mismo, tengo aquí al lado un cuaderno en el que me estoy haciendo una lista de logros pendientes y, al lado de cada uno, estoy poniendo cuál es el camino más directo para llegar a ellos.

Porque, los problemas vendrán, pero no seré yo quien los ponga tontamente.

Te recomiendo que hagas lo mismo (con la mayor honestidad posible)

Fíjate cuántos de los problemas los pones porque CREES que tienes falta de preparación, porque no quieres decepcionar a otras personas, o porque alguien directamente te ha dicho que eso no es para ti.

Si quitas todo eso de en medio… ¿Cuál sería la vía más directa para ir?

Y ya, una vez empieces a dar pasos, ahí ya lidiarás con los obstáculos que sí existen, pero no te los pongas tú antes, no los presupongas, no te compliques la vida sin necesidad.

Hace unos días, pensando en que se acercaba mi cumpleaños, empecé a fantasear con que molaría estar en Venezia ese día, y cerrar un círculo que se abrió en mi vida cuando cumplí 30 justo en esa ciudad.

Empecé con el típico “tengo mucho trabajo, además hace un frío del carajo en esta época, y es que es una ciudad carísima…”

Paré ese bucle y me pillé los billetes.

Porque la realidad…

 

… era que nada me lo impedía.

Buon compleanno a me, da Venezia

 

 

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