Internet se ha convertido en un gran funnel de venta donde todo el mundo te grita todo el tiempo para que hagas clic en algo.
Al final, las redes pasaron de ser un lugar de conectar con amistades o con gente interesante, a un lugar de consumo y culto.
Consumo, porque a base de ver “vidas ideales” compramos cosas que nos acercan a esa idealización. Por supuesto, desde lo fácil, que es por ejemplo tener ropa que sigue las micro-trends o invertir en la criptomoneda de moda.
Y culto, porque dentro de esa idealización a gurús e influencers, delegamos nuestras decisiones en esas personas e, incluso, usamos su prisma para ver el el mundo.
El planteamiento actual de Marcas Personales que venden cosas en internet, pasa por convertir a personas en productos.
Productos que venden productos.
La consecuencia, empieza a ser clara: nos dedicamos a consumir gente.
Y, esa gente, tiene que empaquetarse (a sí mismos/as) como algo “apetecible”.
Para que sea apetecible, se debe cumplir con 2 cosas:
💀Que el ejemplo viviente de esa Marca personal en cuestión suene a un escenario idílico con pocos (o ningún) problema. Y, si los tiene, que los haya superado con el éxito de quien se ha hecho a sí mismo/a
💀Que sea de consumo digerible, a ser posible bastante reduccionista para que todo se quede en mensajes simples y rápidos
Ahí es donde, quien está al otro lado de la pantalla, va idealizando la realidad del gurú (desde la distancia con esa persona) y aumenta el deseo a consumir, a proyectarse en ese relato, porque toca puntos superficiales pero efectivos.
Con este panorama, ponemos la oreja en el exterior, con esa actitud de consumo, muy lejos de querer investigar por nuestra cuenta y usar nuestro pensamiento crítico. Nos volcamos a que alguien nos diga “qué hay que hacer”.
Como buscarse un jefe sin necesidad.
Cualquier cosa menos sentarnos a crear nuestro propio proyecto y comunicarlo con transparencia.
Porque estamos tan contaminados/as que eso cuesta.
Porque creemos que tener una Marca Personal o un negocio online pasa por crear producto con un envoltorio artificial y perfectamente etiquetado.
Facilito de consumir por otra gente, por supuesto.
Es como querer verte a ti mismo/a en una estantería de supermercado: quieres “seguir siendo tú” pero encajar al máximo con los “productos” de tu género.
Cosa que nos deshumaniza, nos quema y solo genera más ruido ahí fuera.
Sin embargo, dentro de esta realidad, las 2 neuronas que nos quedan vivas ya están lanzando un grito de auxilio.
Ya no se sostiene este ciclo de
yo consumo e idealizo – intento replicar y productizarme tal cual – veo que es lo que hace todo el mundo – me diluyo en la masa – vuelvo a consumir…. y empieza un nuevo ciclo.
Estamos cansados/as de esta dinámica, y se nota.
Es un aburrimiento profundo, la misma decepción que te produce comerte una bolsa entera de bollos de supermercado: al principio te puede apetecer mucho, pero cuando acabas de tragar todo, te queda una especie de vacío que hace que te sientas fatal.
Qué hacer para no auto-productizarnos
En lugar de querer empaquetarnos en un tarro genérico (aka “posicionarnos”) para pretender llegar a la gente desde ahí, yo propongo trabajar en ser líderes de pensamiento.
Básicamente, como yo lo veo, estas personas cumplen con 4 características:
➡️ Tienen una con la que cuestionan su sector y el contexto actual
➡️ Mantienen una actitud de aprendizaje continuo que, luego, aplican a sus experimentos para proponer soluciones y nuevos marcos de pensamiento
➡️ Sacan sus propias conclusiones y guían en la reflexión de un tema concreto
➡️ Tienen inquietud por compartir y abrir conversaciones enriquecedoras
Pero claro, para conseguir esto de ser líderes de pensamiento, necesitamos más momentos para crear, investigar y comunicar, mostrando que hay una persona real detrás del teclado.
Seguro que los mejores momentos de tu vida laboral no los pasaste consumiendo delante de una pantalla haciendo scroll, sino haciendo algo que te llenaba, creando algo importante para ti.
Como consumidores/as sentimos cansancio extremo a ruido repetitivo y a refritos simplones.
Necesitamos líderes de pensamiento que le den una vuelta al status quo y compartan otros puntos de vista.
Discursos con profundidad y reflexión que nos nutran.
La Marca Personal es mucho más que un logo, unos colores y encasillarse en una etiqueta estanca.
No es productizarse.
Es tener un discurso y un storytelling con el que transmitir tu mensaje.
De conectar con las personas adecuadas (aquellas con las que te gustaría trabajar) para ayudarlas de verdad a resolver su problemas o a montar proyectos interesantes.
Porque hay otra forma de ganarse la vida online que no es estar gritando 24/7 “compra ahora, sino serás un loser”.
Una forma que no es tan cansada, aburrida y llena de presión.
Esa forma pasa por investigar, crear y conectar desde tus ideas.
Pasa por la profundidad y la reflexión.
Quizás con esa forma, te seguirá menos gente y tu ego te odie por eso.
Pero te seguirá la gente adecuada.
Quizás con esa forma, tendrás que trabajar más tu discurso, porque no serás un producto andante.
Pero tendrás una Marca Personal humana y de verdad.
Ya sé que el resto del mundo tiene que identificar y entender qué hacemos.
Pero no con una etiqueta, sino con un área en la que quieras ayudar.
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