Crear una marca personal con estilo… ¿propio?

¿Cómo encontrar el estilo de tu marca y sobresalir entre tanto ruido?

 

Strawberry make up, clean girl, coquette, dark academia, almond girl/boy, pilates princess, old money, mob wife, blokette, art hoe, siren office …

 

Si eres de Millennial para arriba, quizás todos esos términos (o la mayoría) te suenen a chino.

Pero si eres Gen Z, seguro que te resultan muy familiares.

Son las llamadas “aesthetics”, es decir, microtendencias o estilos con las que vestir, maquillarse o decorar una casa.

Lo que viene a ser microtendencias de lifestyle.

¿Por qué hay tantas?

(Esas de arriba solo son un pequeño ejemplo)

Porque, cada 15 días, más o menos, se inventan una nueva, dependiendo de qué serie o fenómeno mediático esté de moda.

🌸Con la peli de Barbie, salió el “barbicore”, una aesthetic en la que todo dior se vistió (durante un tiempo) de rosa de pies a cabeza.

🎩 Con la serie de Succession, nació el “lujo silencioso”, con la que la gente se vestía con colores neutros, sin logos y con líneas clásicas.

 

Por supuesto, los/las infuencers, son quienes propagan como la pólvora estas microtendencias.

El resto, solo las seguimos 🐑

Si María Pombo sale vestida con un lazo en el pelo, y un vestido de volantes, se ha subido al vibe de lo “coquette”.

Si a los 2 días (literal) sale con mallas de ciclista y una sudadera enorme y un tote bag gigante, se suma al “downtown”.

A la izquierda, downtown aesthetic. A la derecha, coquette

 

En los 90, eras grunge, y eras grunge durante toda una década.

Incluso durante toda tu juventud.

Hay gente que hasta sigue siendo grunge hoy en día.

Ahora, sin ser grunge, puedes disfrazarte de ello durante 15 días y desechar esa ropa para seguir la siguiente microtendencia.

Podría estar horas hablando sobre este tema, que me parece tan fascinante como peligroso.

A lo que voy es que todo esto, para la gente que está muy dentro de Tik Tok y sus aesthetics cambiantes, es que ese cambio (esos “disfraces”) y ese seguir la corriente de esa quincena, tiene como resultado personas que ni saben lo que les gusta, ni se expresan de forma propia.

Ya no es que sigan la moda que más les guste en este momento, sea grunge o punk.

Siguen lo que sea que toque ponerse esta quincena.

No hay un desarrollo de la propia personalidad.

No hay autoexpresión.

Lo que hay es, mirar en Tik Tok al resto y que me digan cómo tengo que vestir esta semana y así hago ya mi pedido a Shein.

 

Quizás todo esto suene a discurso de señora mayor nostálgica quejándose de los jóvenes de ahora.

(Sí, soy)

El típico alegato pureta de que nosotrxs éramos mucho más centrados y diferentes.

Quizás de entrada creas que no tiene nada que ver contigo.

Pues, ¿sabes qué?

Aa mí no me parece tan diferente a lo que hacemos también el resto.

En gran medida, Gen Z o no, a la hora de expresarnos, o de tomar decisiones sobre qué queremos contar, cómo queremos contarlo y, en definitiva, cómo va a ser nuestra marca personal…

…también caemos en la falta de autoexpresión.

Nos obsesiona saber cómo funcionan los algoritmos, o qué le gusta ahora a la gente para dar forma a nuestros posts en busca de la viralidad.

Como poco, qué le interesa a las personas o colectivo que queremos que nos valide.

Así que … .sí, vamos a admitirlo: también tenemos los ojos puestos fuera para disfrazarnos de “lo que toca” según lo que nos dicen.

 

Yo lo veo como vivir en unan especie de esclavitud creativa.

– De publicar posts de una determinada manera

– De tener una web, porque hay que tenerla

– De poner anuncios, basados en una plantilla universal

– De vender productos y servicios que les funcionan a otrxs

– De tener un discurso populista y que no ofenda a nadie

 

Y, a la vez, hacerlo todo “desde la esencia”.

Eso de hay que encajar en el molde “que funciona” y, a la vez, ser diferente.

Sería seguir todas las “aesthetics” de Tik Tok, pero siendo quien mejor las lleva.

¿Cómo se come eso?

 

 

Nos han enseñado a ser borregos hasta en esto

 

Después de 12 años en el mundo de los negocios digitales, ya he visto el auge de…

Los Blogs

Los Newsletters

Los canales de Youtube

Los Vlogs de Youtube

Los Podcast

Los Reels

Los Newsletter otra vez

Los post de Linkedin (NEW)

Y también del vender por whatsapp, por grupos de Facebook, por Telegram…

Eso también son microtendencias.

No son aesthetics, pero funcionan igualito.

Igualitico.

¿Y qué es lo que hacemos?

Seguimos cada una de ellas, le damos bien de comer al Mono Dispersor, que se alimenta de los melones que abrimos.

¿Que toca estar en Spotify entrevistando gente? Se entrevista, por rellenar.

¿Que toca grabar vídeos bailando? Se baila, rellenamos el hueco.

¿Qué toca compartir posts sobre “mis aprendizajes”? Se comparten.

 

No pasa nada. 

Eso es lo que hace todo el mundo, quien más y quien menos, hemos caído “en lo que toca hacer” según la microtendencia del momento.

En Linkedin, ahora mismo, estamos en pleno “lo que mi hijo de 5 años me ha enseñado sobre ______”… y dentro de unos pocos meses, se acabará por agotamiento.

Entrará una nueva microtendencia.

Poniéndome nostálgica otra vez, yo aún recuerdo cómo eran los blogs o los canales de Youtube en 2010.

Eran lugares a autoexpresión, en los que la gente compartía libremente.

Sin expectativas.

No digo que ahora no haya que tener objetivos de cosas que quieres conseguir con lo que comunicas (aquí estamos todxs para ganarnos la vida) pero yo echo mucho de menos esa autenticidad.

Porque ya no es expresión basada en algo que quiero contar porque creo que puede ayudar a otra gente (sea cómo cambiar el rodapié de mi casa o hacerte el eyeliner) sino que es cómo crear con fórmulas que la máquina acepta mejor y, por ende, conseguirán que la gente me aplauda más.

Al final, EL problema de todo esto, es que no tenemos una marca con una visión clara.

No tenemos unos fundamentos, unos principios sobre los que dar forma a nuestros proyectos (entiéndase por proyecto, un podcast o postear a diario en Instagram)

No tenemos esencia.

Creo que escribirle a algoritmos nos deshumaniza.

No crear ni expresarnos libremente, sin seguir fórmulas y microtendencias, nos limita.

Y nos esclaviza.

En cambio, tener una marca fundamentada, un mensaje claro, unos elementos de comunicación propios y una visión consistente hace que de igual la plataforma, la tendencia, o el formato.

Si tú tienes una esencia de marca sólida, vas a poder llevarla a donde te dé la gana, independientemente de los algoritmos, de las modas, y de las microtendencias.

Como los grunges, que sabían llevar su estilo en los 90, en los 2000s y lo siguen haciendo en los 2020s.

Lo adaptan a los tiempos, evolucionan sus mensajes, pero la esencia es la misma.

Loquillo tiene el tupé más repeinado, y ahora suena en Spotify, no en el casette de tu coche.

Pero sigue siendo Loquillo.

Creo que el trabajo está en ahondar en esa esencia propia, en crear proyectos (de comunicación, en este caso) con trasfondo y con intención.

Sino, nos dedicamos a rellenar el hueco de tal red social con lo que manda la fórmula porque “hoy toca publicar”.

Y así nos va, que no paramos de generar ruido e intrascendencia.

Además de que tenemos al Mono Dispersor a tope de capacidad, dando botes sin parar.

En su salsa, bien alimentado, abriendo melones.

Dejemos de querer presentarnos de una manera “correcta” hacia los demás.

O peor, de fingir algo que no somos, por agradar y por cumplir con algoritmos.

 

No es seguir todas las microtendencias sin cuestionar.

No es buscar el check de la validación de humanos y máquinas.

No es rellenar las redes sociales con refritos.

 

Es crear, expresarse, desarrollar visión.

Tener unos fundamentos de marca que sean tuyos y a través de los cuales aportes valor a otras personas.

Sino… ¿para qué?

 

 

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