Qué significa que “el dinero atrae al dinero” (y cómo llegar a eso)

En la serie de Georgina (sí, he visto un par de capítulos, no me escondo) hay un momento en el que entra a comprarse cositas en Cavalli y el encargado, al saber que está ella en el comercio, baja a saludarla y le regala algunas de las prendas.

Supongo que también influyó que estuviesen las cámaras de Netflix presentes.

La cuestión es que siempre me ha llamado la atención que a la gente con MUCHO dinero, aún encima, les inviten a restaurantes carísimos, les regalen cochazos y les den for free la ropa de Cavalli que ya de por sí se comprarían igualmente.

Esto pasa ahora, y pasaba antes de Georgina y de Netflix.

El dinero, atrae al dinero.

El dinero luce mucho mejor en Instagram.

Es motivo suficiente para que la gente te siga, no necesitas otra cosa.

Pero hay otra realidad, mucho menos brillante que esa.

 

Según el Instituto Nacional de Estadística, el 20,4 % de personas viven por debajo del umbral de pobreza en España.

Según acción contra el hambre, alrededor de 12 millones de españoles, es decir, un 25,3% de la población, se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social.

Sea un dato o el otro, por el 20 y algo por ciento anda la cosa.

Si vives en otro país, será parecido, peor o, “con suerte” ligeramente inferior.

¿Qué tiene que ver todo esto contigo y conmigo?

Si estás leyendo esta FalconNews, deduzco que no estás ni en un extremo ni el otro.

Sino, estarías aflojando los billetes en la tienda de Cavalli de Monte-Carlo o, sencillamente, tratando de sobrevivir con 2 trabajos… o en busca de uno.

La gente como tú y como yo, también sobrevivimos, nos estresa la falta de estabilidad y sentimos miedo al futuro y su incertidumbre.

Nos buscamos la vida y navegamos por el sistema como podemos.

De alguna forma, nos identificamos con esa parte de abajo.

Pero también disponemos de agua caliente en casa, de una generosa suscripción en Netflix y acceso a pedir comida a domicilio de vez en cuando.

No acabamos de ser clase media, básicamente porque eso está en peligro de extinción ya, pero generacionalmente vivimos en una realidad paralela que equilibra sutilmente el privilegio en muchas cosas, con la precariedad en muchas otras.

Sí, salir a comprarse unas zapatillas de 100 euros este mes está muy bien, pero luego sufrimos para pagar los impuestos del trimestre.

Quizás tengamos que compaginar nuestro negocio con un trabajo por cuenta ajena, o quizás estés por tu cuenta y aceptes proyectos de lo que vaya surgiendo…

El tema es que nunca acaba de llegar ese sweet spot, en el que, vale, quizás no tengas un palet de billetes como Walter White, pero consideras que podrías estar en una situación en la que pudieses tener una tranquilidad y satisfacción suficiente con la cantidad de trabajo que haces.

En lugar de eso, lo que tenemos es ansiedad permanente y sentir que no hay donde agarrarse.

via GIPHY

Levanta la mano si tú también te echarías una siesta en ese colchón

 

En toda esta foto con sus 2 correspondientes extremos (y lo que cae en el medio), si la ves completa, surgen (además) 2 problemas fundamentales.

Por un lado, esa fuerza que te atrae a la parte precaria en la que nunca acabas de salir a flote. Siempre vives un poco al día.

Da igual si no es cierto, si tienes un buen plan de inversión para tu futuro.

El tema es que tú SIENTES que, si dejases de trabajar hoy, mañana morirías de hambre.

Aunque objetivamente no sea cierto en muchos casos, mucha gente lo vive así.

Ese sentimiento es la fuerza que te atrae al fondo bajo.

 

Y, por el otro, hay otra fuerza que te repele de la parte de arriba, del palet de billetes.

Del shopping en Monte-Carlo.

Que es esa idea de que “eso no es para mí”.

Hemos visto desde tan lejos siempre la prosperidad, en toda su extensión, que llega un momento que suena a utopía.

Como que es un lujo de unos pocos elegidos.

La actuación de estas 2 fuerzas son las que te mantienen en ese punto en el que ni sí, ni no.

Ni vives una situación tranquila, despreocupada y sosegada, ni estás con el agua al cuello como para vivir debajo de un puente.

¿Cómo salir de este quiero y no puedo?

¿Cuál es el clic que lleva hacia ese estado de paz económica?

Si es que existe.

 

 

Que “el dinero no da la felicidad”… es una falacia

 

Una falacia supongo que les interesa a los ricos que pensemos.

Básicamente para que el resto nos centramos en trabajar y “ser personas nobles”.

Bullshit.

Para una persona con problemas económicos… claro que el dinero te daría la felicidad.

Digo felicidad porque es la palabra que se usa en el dicho popular, pero me refiero a que tener un buen flujo de dinero, en el mundo en el que vivimos, resolvería gran parte de sus problemas.

Cuando tienes problemas de dinero que te generan ansiedad porque no sabes cómo vas a pagar el alquiler o la hipoteca, o cómo le vas a comprar los libros del cole a tu hijo, lo es todo. 

Aunque también tengas problemas de pareja, o de salud incluso, no vas a priorizar eso.

Vas a priorizar no tener que volver a casa de tus padres a tu cama todavía decorada con posters de las Spice Girls.

No vas a poner en primera posición el dolor de pecho que tienes desde hace meses.

Cuando te estresa tener que pensar constantemente cómo tener ingresos, no te centras en poner foco en encontrar tu propósito de vida, ni en dejar un legado en el mundo.

Te centras en sobrevivir como sea.

Lo que pasa es que, en esa actitud de supervivencia, nunca sales hacia adelante al 100%.

No si no se crea un espacio destinado a pensar en cómo salir de ahí.

Cuando vives un poco con el agua al cuello (o vives más o menos bien pero curras mucho) y vas dentro de una rueda que no para, claro que tu foco no está puesto en crear tu visión propia, un proyecto que aporte, ni un trabajo lleno de significado.

El bloqueo puede ser hard core.

Pero sí que dar espacio para crear todo eso, aunque sea poco a poco (pero con constancia) podría sacarte de ese limbo de desasosiego económico.

Ya no digo de codearte con Gio, pero sí de tener una economía equilibrada con un trabajo significativo.

 

En mi experiencia…

Fuerzas que te empujan hacia la supervivencia mínima (el extremo más precario):

Decisiones para ya: el cortoplacismo, para mí, es una de las enfermedades terminales de la sociedad actual. Nos dejamos arrastrar por él. Pero yo me doy cuenta de la de decisiones que he tomado en mi vida porque me traían dinero inmediato, en lugar de valorar si me merecía la pena correr el riesgo de que entrase menos (temporalmente) para construir algo en lo que creo de verdad.

El tiempo no solo me ha dado la razón, sino que en ningún momento he ganado menos.

La evasión: otra enfermedad terminal. Por evasión, pick your poison: me da igual si es enchufarte por horas en el scroll infinito o irte de retiro en retiro. Siempre y cuando hagas algo por no enfrentarte a buscar la forma de salir de una situación chunga, es evasión. La de tiempo que perdemos con esto, ¿eh?

 

Fuerzas que te repelen de una mejor posición económica (aka shopping con Georgina):

No tener espacio mental suficiente: el sistema no ayuda en esto (y tampoco el scroll infinito, dicho sea de paso). Si cada vez que sentimos incomodidad, en lugar de sostenerlo, nos zambullimos en la evasión, no cultivamos algo de espacio tranquilo en nuestra mente para construir nada. Si, aún encima, tenemos un trabajo super demandante y 1000 obligaciones, peor.

No buscar mejores problemas: los problemas nunca van a dejar de existir. Una vez claro esto, yo prefiero tener el problema de no saber qué hacer con un millón de euros, que el problema de no tener pasta suficiente. Lo que pasa es que, a veces, los problemas actuales, si bien no nos gustan, nos resultan conocidos y nos aportar cierta comodidad.

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El resumen de todo esto, como siempre, no es una receta única ni una respuesta universal.

Gran parte del problema de permanecer en un limbo de incertidumbre, es fruto del sistema en el que vivimos y de cómo nos han educado.

Y, otra parte (creo yo que más pequeña), es consecuencia de nuestros propios hábitos.

Lo que sí tengo claro, es que de una situación de una economía ajustada (sea real o imaginaria) no se sale sin construir algo con una visión potente y auténtica, que aporte soluciones a las personas.

Al menos cuando uno/a quiere estar por su cuenta montando sus proyectos.

A mí, hacer mi compra de la semana en Cavalli no me llama nada la atención. 

Pero mi tranquilidad económica pasa por otros hitos, como vivir experiencias y, sobre todo, aprender a tope de cosas nuevas.

Tener ese tiempo y esos recursos, es un lujo y requiere de visión.

 

Y sí me reafirmo en que…

➡️ Se crea con el tiempo (por eso no nos sirve el corto plazo)

➡️ Requiere de ese esfuerzo de sostener lo incómodo (por eso no nos sirve la evasión)

➡️ Pasa por construir algo valioso poco a poco (por eso vale la pena cultivar espacio mental)

➡️ Necesita que resuelvas cuanto antes los problemas actuales, para buscarse unos mejores

 

El dinero atrae al dinero cuando consigo crear recursos suficientes e invertirlos, junto con mi tiempo, de la forma más coherente y útil para mí.

Eso no se consigue ni perpetuando el modo supervivencia, ni en el agujero de Instagram.

 

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